Golpe militar. Proscripción del peronismo (1955-1957)

AutorAlberto R. Dalla Via
Páginas99-101

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El general Lonardi asumió la presidencia provisional de la Nación y fue designado como vicepresidente el contralmirante Isaac F. Rojas, siendo declarada la provincia de Córdoba sede transitoria del gobierno.

El movimiento que dirigió el golpe del '55 contenía una dualidad ideológica dado que convivían tanto nacionalistas como liberales, aunque el predominio de los primeros sólo duraría el tiempo que estuvo asignado Lonardi en el gobierno.

Los nacionalistas eran antiliberales, cercanos al peronismo, ellos se habían alejado de la figura del general Perón por el quiebre con la Iglesia. En contraposición los liberales antinacionalistas buscaban las elecciones libres, sin la participación del peronismo. Esta postura frente al movimiento peronista los dividía aun más.

A los nacionalistas católicos, que eran partidarios de una política conciliatoria y contaban con el apoyo de sus miembros, se los denominaba "no-peronistas". El otro sector, llamado "antiperonista", que lo integraban la mayoría de los liberales, eran opuestos a todo trato con los seguidores del régimen depuesto. Mientras que los partidos tradicionales buscaban recuperar a sus votantes.

Durante su gobierno Lonardi fue partidario de un acercamiento con los miembros del Partido Peronista, y por ello puso a cargo del ministerio de Trabajo y Previsión Social al sindicalista peronista Luis Cerruti Costa. La CGT, a favor de la conciliación, exhortó a los trabajadores a mantener la calma y a continuar con sus tareas cotidianas, acordando renovar las autoridades sindicales por medio de elecciones supervisadas por el ministerio.

Para atenuar el avance de los nacionalistas en el gobierno, se creó una Junta Consultiva Nacional de partidos políticos, excluyendo al Partido Comunista y al Partido Peronista. En las provincias que habían sido intervenidas se constituyeron juntas consultivas.

El Presidente provisional fue desplazado de su cargo el 13 de noviembre, debido a su negación a implementar medidas contrarias al régimen anterior, por presiones de los jefes militares antiperonistas, dirigidos por el vicepresidente Rojas y el jefe del Estado Mayor general Pedro Eugenio Aramburu, quien ocupó el sillón presidencial.

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La política llevada adelante por el nuevo gobierno fue a las claras antiperonista, intervino la CGT, suspendió la Ley de Asociaciones Profesionales e inhabilitó a los dirigentes sindicales.

En noviembre de 1955, el régimen militar inhabilitó a los funcionarios del...

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