Síntesis conclusiva

AutorElisa A. Méndez de Smith
Páginas145-155

Page 145

En el propio desarrollo de este trabajo han quedado implicadas las siguientes conclusiones:

  1. ) A pesar de que todo tipo de conceptuación de la realidad social sólo puede realizarse, en virtud de la propia estructura ontológica del objeto, desde un punto de vista estimativo, la reflexión axiológica no ha encontrado hasta el presente una respuesta definitiva en torno a la objetividad del valor que sirva de criterio válido para fundamentar epistemológicamente aquella conceptuación.

    Y es que la irracionalidad del valor, propia de la esfera emocional en que es vivenciado, torna imposible toda caracterización conceptual acerca de sus condiciones de objetividad y las funciones que cumple, tanto en el mundo real de los sentidos valiosos como en el plano del conocimiento de ese mundo.

    Ello no obstante, y a pesar de que no compartimos la logificación del valor que hace el intelectualismo axiológico de Heyde, ya que con ello se distorsiona el peculiar "modo de presencia" de un objeto inaccesible por vía intelectual, creemos con Stern que dicho autor ofrece, al menos en el estado actual de la reflexión axiológica, unaPage 146 base bastante firme para la determinación de la objetividad de los valores, siempre relativa, según entendemos.

    Sin perjuicio de que la teoría de Heyde debe, a nuestro juicio, ser motivo de una adecuada reelaboración en lo que hace a la vivencia del valor, es evidente que la objetividad de los valores se muestra como una relación de correspondencia entre un objeto de valor y un sentimiento mayoritario, transubjetivo (y, por tanto, relativamente independiente del individuo concreto) del valor.

  2. ) Asentada sobre una base axiológica (ínsita en toda conceptuación de lo social) la ideología es un esquema de interpretación deformante de la realidad social determinativa de una actitud práctica proyectada a la experiencia política, no compartida por quien la juzga y la caracteriza como tal.

    Es, por tanto, el concepto de ideología, una noción que presupone una doble relación: una relación entre contenidos lógicos y otra relación, derivada de la primera, entre contenidos empíricos volitivos (actitudes prácticas proyectadas a la experiencia política). En efecto: considerada en un planteo gnoseologista como una tesis que oculta, deforma y enmascara la realidad, presupone la adopción por parte de quien la califica como ideología, de una posición distinta, desde la cual ataca la validez de aquella tesis por considerarla falsa respecto de cierta situación social concreta; y considerada desde un punto de vista práctico como el fundamento teórico y axiológico de una determinada actitud político-social, supone también, consiguientemente en quien la juzga, la adopción de una actitud volitiva opuesta, adversaria, desde la cual considera que la actitud práctica informada en la ideología es inútil, inoperante o deficiente para resolver las cuestiones sociales que se agitan en la vida política.

    Si bien el criterio sociológico expuesto y propuesto porPage 147 Mannheim para determinar qué es interpretación ortodoxa de la realidad y qué ideología (criterio que consiste en considerar como correcta toda interpretación adecuada o congruente con los sistemas de pensamiento y modos de experiencia propios y característicos de una cierta forma de vida actual y vigente, y como ideología, toda interpretación que trasciende esa realidad y la deforma gnoseológicamente), resulta admisible cuando se relacionan y comparan las distintas interpretaciones y las correlativas actitudes prácticas que se dan y adoptan en el seno de una misma sociedad -sobre todo cuando se supone que las condiciones reales de vida permanecen estabilizadas y consolidadas-; dicho criterio no resulta aplicable a nuestro juicio, cuando aquellas condiciones reales han variado ni, mucho menos, cuando desde un enfoque más amplio se ponen en relación dos distintos sistemas de pensamiento y acción, coetánea o sucesivamente vigentes, cada uno de los cuales representa respecto del otro, la adopción de una posición teórica y práctica opuesta o, cuando menos, oponible.

    Tampoco resulta admisible para nosotros la distinción criteriológica que hace Mannheim entre ideología y utopía...

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