Diversas concepciones interpretativas de la realidad social

AutorElisa A. Méndez de Smith
Páginas17-31

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7. Influencia de los pensadores del siglo XVIII

Con la difusión de las ideas de los filósofos y enciclopedistas del siglo XVIII, cuyas consideraciones acerca del hombre y su libertad, de la sociedad y del Estado, sirvieron en gran parte de fundamento dogmático y político al masivo movimiento revolucionario francés de 1789, quedo sin duda preparado el terreno para una posterior indagación sobre los caracteres de la realidad social.

8. Hegel

Uno de los más vigorosos representantes del poskantismo, Federico Guillermo Hegel, concibió apriorísticamente a toda la realidad -y, por consiguiente, también a la realidad social- como un ininterrumpido desarrollo de la Idea especificada a través de sucesivas síntesis dialécticas.

La Idea es, para Hegel, la esencia de la realidad. Es el ser absoluto de ésta, que se manifiesta constantemente como actividad racional creadora de sí misma y del universo. Pero, en su desarrollo, esa Idea va constituyendo ontoló-Page 18gicamente una serie de realidades distintas unas de otras según diversos criterios proporcionados por la razón.

Considerada en sí, la Idea representa el reino de las verdades abstractas (las verdades de la lógica y de las matemáticas ). Fuera de sí, constituye el ámbito de la naturaleza con sus determinaciones empíricas fundamentales: el tiempo y el espacio. Y concebida para sí, deviene en mundo del espíritu. Autorreconocida e integrada como espíritu, la Idea tiene tres modos de manifestación: Es espíritu subjetivo en cuanto representa la esfera anímica del hombre que, en un movimiento continuo, va creando su propio mundo. Es espíritu objetivo en cuanto, trascendiendo de esa esfera subjetiva esencialmente creadora, se muestra como realidad ya creada y formada, es decir, como un mundo de objetivaciones espirituales constituido por el arte, el lenguaje, la ciencia, la técnica, etcétera. Y es espíritu absoluto en cuanto se piensa a sí misma como un sistema de verdades absolutas e inmutables de las que participa la humanidad entera.

9. La realidad social en la concepción hegeliana

La realidad social quedaría entonces configurada dentro de la concepción hegeliana: como espíritu subjetivo en cuánto es actividad creadora y, a la vez, como espíritu objetivo en cuanto se manifiesta como un conjunto de objetivaciones ya creado. Pero en ambos casos se presenta a la manera de un orden racional determinativo de un sistema de vida efectiva y concreta. Y, así, las vinculaciones humanas, los acontecimientos históricos, las estructuras y cambios sociales tienen el carácter institucional que les confieren los principios sobre los cuales se asientan y desarrollan empíricamente.

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10. Comte

Como una reacción frente a esta concepción predominantemente metafísica y apriorística de la realidad social, surgió y se difundió con la sociología de Augusto Comte, la actitud positivista. Comte ofrece en su "física social", como él llamaba a la sociología, el panorama de una consideración estrictamente naturalista de los procesos que se suceden en la realidad social. Pero en la concepción comteana, de la que no surge definición alguna del objeto del conocimiento sociológico -según lo ha hecho notar su discípulo Lévy-Bruhl-, el concepto de realidad social queda poco menos que confundido con el de humanidad, entendida ésta como la agrupación masiva, aunque orgánica, de los individuos.

Ni el individuo, ni su ámbito espiritual, ni mucho menos sus fines valiosos hallan cabida en el pensamiento de Comte. Lo único real y existente para él es la presencia física y la acción externa de la masa, del grupo. Nada hay de individual en el hombre salvo la fuerza de sus puños. Toda fuerza mental y moral proviene del grupo2.

11. La realidad social en la interpretación comteana

Al dar a la sociología el vasto alcance de una ciencia enciclopédica estructurada en torno a la categoría suprema de humanidad o especie humana -a la que suponía una inmensa y eterna unidad fenoménica por todos conocida- Comte se desentendió del problema de indagar sobre la estructura de la realidad social. Fundó de esa manera un realismo sociológico sobre un objeto cuyas característicasPage 20 ontológicas permanecían hasta ese momento imprecisas e indefinidas.

12. Concepciones de Tarde y Durkheim

Por su parte, Grabriel Tarde y Emilio Durkheim buscaron hallar la realidad social en las relaciones inter-humanas. Pese a la posición antagónica de estos autores, la realidad de Tarde y de Durkheim es siempre la misma, puesto que ambos parten, para caracterizarla, de la noción de interacción. Pero uno y otro difieren en la manera de concebirla en su desarrollo y de presentarla fenoménicamente: Tarde la ubica en las relaciones infinitamente variadas que se entretejen entre los individuos y cuyo conjunto constituye una sociedad en estado naciente, siempre fugitiva, pero siempre creadora de nuevos modos de articulación. Y Durkheim la encuentra en los procesos colectivos de interacción determinados por representaciones fijas e impersonales que se dan en el seno de una sociedad permanente y organizada.

Además, la concepción de Tarde implica sin duda un primer acceso dentro del campo de la sociología a la noción de espíritu y, por consiguiente, una primera base de distinción sociológica entre realidad social y fenómeno sensorialmente perceptible.

En efecto: la idea fundamental sobre la cual se asienta la doctrina de Tarde es la de que los hechos sociales son fenómenos espirituales. Situados frente a frente dos espíritus (el del sugestionador -foco inicial- y el del imitador -elemento de repetición-), sus contactos recíprocos, repetidos al infinito, generan precisamente una esfera especial: la de la realidad social.

13. La teoría de Worms

Como un verdadero puente entre las doctrinas de Tarde y de Durkheim surgió y se difundió la teoría de RenéPage 21 Worms, cuyo contenido puso de relieve una creciente tendencia a la espiritualización de la realidad social3.

Concibiendo primeramente a la sociedad con un marcado criterio organicista en su obra Organismo y sociedad, Worms superó más tarde esa posición. Según este autor las sociedades nacen y se desarrollan como organismos naturales; pero sus fenómenos adquieren la característica de hechos sociales en virtud de la incidencia que en ese desarrollo ejercen los ideales espirituales. De esta manera el mundo espiritual permite interpretar de tal modo a los hechos del mundo orgánico, que ubica a éstos en el plano de la realidad social.

14. Interpretación materialista de los hechos sociales

Ahora bien: por distintos caminos y en abierta oposición...

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