La antesala del proceso judicial: las emociones del justiciable (la justicia como fuente de resentimiento o de confianza)
Autor | Toribio E. Sosa |
Páginas | 395-404 |
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Nuestra cultura racionalista no pone demasiada atención en las emociones.
La ciencia jurídica al parecer tampoco.
Se soslaya así una dimensión esencial de la naturaleza humana 1.
Las emociones predisponen conductas y algunas conductas no son posibles bajo ciertas emociones. Por ej. si mientras escribo apareciera un león hambriento, no podría seguir escribiendo porque sólo dos acciones serían posibles para mí ya invadido por el miedo: huir o, si no me es posible, defenderme como pueda.
Para encarar el proceso judicial, y con más razón cualquier negociación previa o dentro de él, hay que Page 396 entender qué sucede emocionalmente con una persona que se topa con la necesidad de acudir al proceso judicial para procurar tutela jurídica.
Abogados y jueces sólo doctos en normas jurídicas podrían funcionar inefectivamente si no atienden a las emociones de los justiciables (ej. fracaso de intentos conciliatorios, éxito aparente y formal a través de acuerdos sin voluntad sincera de cumplimiento, etc.) 2.
De acuerdo a la teoría de la evolución el ser humano es el último eslabón de una cadena que nos emparenta con el resto de los seres vivos.
Dentro de esa concepción y según una teoría científica propuesta por Mc Lean 3, el cerebro humano tiene tres partes o capas:
el complejo reptiliano, que compartimos con "nuestros antepasados" reptiloides y que se hace cargo de nuestros comportamientos rituales y jerárquicos;
el sistema límbico, que compartimos con "nuestros ascendientes" mamíferos y que regula nuestras emociones;
el neocórtex, que apenas compartimos con los primates superiores y con los cetáceos, y que es la sede del intelecto o razón; allí se generan nuestros valores, así como las pautas morales y el Derecho; representa alrededor del 85% de la masa total del cerebro humano.
Lo expuesto antes explica por qué ante un suceso Page 397 determinado muchas veces experimentamos impresiones contradictorias. Por ejemplo, nuestras emociones nos hacen desear algo, pero nuestros valores nos dicen que no podemos o no debemos. O viceversa, con múltiples variantes.
Ello es así porque nuestro cerebro produce respuestas distintas en sus diferentes partes, no siempre alineadas en la misma dirección.
¿Quién no ha experimentado esa sensación de encrucijada en su interior, ese conflicto entre dos o más opciones que parecen contar -todas- con el "apoyo" de una parte y el "rechazo" de otra parte de nosotros?
En cierto sentido podríamos decir que cada uno de nosotros es más que uno, al mismo tiempo. 4
¿Cómo funcionan las emociones?
Las emociones predisponen para la acción. Son reactivas y específicas, es decir, suceden como respuesta a un suceso que nos afecta. Si nos sacamos la lotería no "elegimos" alegrarnos, simplemente la emoción (alegría) nos toma; si experimentamos alguna clase de pérdida personal, no "elegimos" entristecernos, simplemente la emoción (tristeza) nos asalta.
Eso sí, desaparecida la circunstancia que la genera, desaparece la emoción.
Si queremos entender como funciona una emoción tenemos que detectar el acontecimiento que la produce.
Si queremos evitar una emoción debemos evitar el acontecimiento que la produce.
Si queremos reiterar una emoción debemos reiterar el acontecimiento que la produce. Page 398
Aquí es donde se vincula la emoción con la acción, puesto que para reiterar o evitar el acontecimiento que produce la emoción hay que accionar o actuar.
No podemos evitar las emociones. A lo sumo, haciendo de ellas un ámbito de diseño, desde el cuerpo o el lenguaje podemos prolongar o acortar su duración 5.
Veamos a continuación en qué consisten algunas de las emociones más frecuentes 6:
Uno tiene alegría cuando cree que sucedió o que sucederá algo considerado bueno (obtener algo deseado, conseguir un resultado, etc.).
Uno siente tristeza cuando cree que sucedió o que sucederá algo considerado malo (ej. una pérdida, no conseguir un resultado, etc.).
Uno siente entusiasmo cuando cree que existe la posibilidad de que algo bueno suceda o haya sucedido.
Uno siente miedo cuando cree que existe la posibilidad de que algo malo suceda o haya sucedido.
Parte de la alegría o el entusiasmo, con el juicio de que quien los generó hizo algo por uno que no tenía por qué haber hecho. El orgullo es una variante: es el agradecimiento hacia uno mismo, cuando cree que Page 399 hizo algo que no tenía por qué hacer y con ello produjo o puede llegar a producir algo valioso para otros o para sí.
Parte de la tristeza o el miedo, con el juicio de que quien los generó hizo algo que no debía haber hecho, transgrediendo ciertos límites significativos para uno. La culpa es una variante...
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