Agua, saneamiento y salud

AutorLilian del Castillo
Páginas175-192

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1. Un tema de interés de la comunidad internacional

El 22 de marzo de 2005, las Naciones Unidas dieron comienzo a la Década de Acción de Agua para la Vida, recogiendo el desafío de mejorar el acceso al agua potable y al saneamiento para gran parte de la población mundial que carece de ella, y recogiendo el postulado de que los recursos necesarios para llevar adelante ese ambicioso programa reportarán más beneficios que cualquier otra inversión. El Informe que recoge las estadísticas de enfermedades causadas directa o indirectamente por agua no apta para el consumo humano, "Agua para la Vida", recoge las estadísticas de la incidencia de las diferentes enfermedades en pérdidas de vidas humanas, inversión en salud, programas necesarios para cumplir con los objetivos propuestos y plazos en los que es posible realizarlos. Como otros temas que durante el siglo XX pasaron de ser propios de la política interna de los Estados a la esfera internacional, la situación de la distribución del agua potable y el saneamiento222 en general continúan formando parte de las agendas Page 176 nacionales, pero se han insertado decididamente en la agenda internacional. Sus efectos, a escala global, son de sorprendente magnitud, a pesar de haber pasado desapercibidos frente a otros temas más impactantes en la opinión pública.

Ninguna otra carencia provoca más daños a la salud ni pérdidas de vidas de niños menores a los cinco años que no disponer de agua potabilizada. Los métodos de potabilizar pueden ser diversos, y no siempre es necesario realizar complejas instalaciones, sino proporcionar los medios para que el agua sea segura y exista el adecuado saneamiento, lo que puede lograrse tanto a nivel domiciliario como para una gran ciudad. Las tecnologías disponibles permiten solucionar con la mayor eficiencia cualquier situación, es la decisión de darle prioridad y asignarle los recursos necesarios lo que permitirá revertir la situación. La Declaración del Milenio hecha por los Jefes de Estado en las Naciones Unidas, en 2000, colocó el acceso al agua segura para todos como uno de los objetivos a alcanzar en el siglo que se iniciaba. Ese objetivo forma parte del núcleo de las metas a alcanzar, que consisten en erradicar el hambre y la pobreza extrema, lograr la alfabetización universal, combatir las principales enfermedades materno-infantiles y proteger las condiciones del ambiente223.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable de Johannesburgo (Sudáfrica) en 2002, precedida por la reunión de Monterrey (México) que analizó las condiciones de asistencia financiera para el desarrollo224, vinculó la salud, el desarrollo y el agua potable, Page 177 y reconoció que el agua y el saneamiento son uno de los temas sustantivos a afrontar por la comunidad internacional225. A diferencia de otras conferencias internacionales en las que no se incluyen los mecanismos de ejecución, la Cumbre aprobó el Plan de Aplicación en la que establecen una serie de acciones para cumplir con las metas aprobadas, entre las que se encuentra la de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de personas que carecen de acceso a la provisión de agua segura y de saneamiento adecuado226. Los países representados en la Cumbre convinieron que son servicios esenciales para proteger la salud humana y el ambiente.

Para lograr tan ambiciosa meta se deberán desarrollar sistemas eficientes de saneamiento domiciliario, instalarlo en escuelas y otras instituciones públicas, promover prácticas higiénicas en la población y especialmente en la educación de los niños, incorporar técnicas que sean accesibles y compatibles con la realidad social y cultural, buscar medios innovadores de financiamiento y de participación privada e integrar el saneamiento en las estrategias de gestión de los recursos hídricos. Los recursos necesarios para cumplir con las metas del Milenio, en lo que se refiere al agua potable y el saneamiento, se han estimado en u$s 11.300 millones por año hasta 2015, una meta que la Organización considera financiable. La tarea se está distribuyendo entre diversas organizaciones internacionales -entre ellas la Organización Mundial de la Salud- que deben coordinar sus esfuerzos para cumplir con el objetivo. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha coordinado las reuniones de los países miembros Page 178 para alcanzar las Metas del Milenio. En septiembre de 2005 se realizó la Cumbre Mundial, en el ámbito de la Asamblea General, para efectuar una revisión del avance del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas, que comprende el suministro de agua segura a escala global. En la Cumbre se reconoció el desafío que implicaba el cambio climático, y la necesidad de dar ayuda a los Estados más vulnerables. Asimismo, se propuso crear un sistema de alerta temprano para amenazas naturales227.

Ahora bien, no sólo planes y recursos financieros son necesarios para cumplir con las Metas del Milenio. También el avance del sistema de derecho es esencial para cumplir con ese objetivo. Un sistema judicial eficiente estará fundado en un colegio de jueces calificados que permita la aplicación de la ley, función esencial para encontrar el equilibrio entre el respeto al ambiente y las exigencias del desarrollo. Por consiguiente, el PNUMA ha convocado, a partir de la reunión de febrero de 2005, reuniones de jueces con larga experiencia en tribunales nacionales e internacionales para proponer formas de avanzar hacia la consolidación de una sociedad internacional gobernada por la fuerza del derecho, ya que es evidente la sinergia entre el ambiente, el derecho y los derechos individuales, con las Metas de suministro de agua potable, distribución equitativa de la tierra, erradicación de la pobreza, salud materna y reducción de las enfermedades228.

2. Enfermedades relacionadas con el agua

Las enfermedades relacionadas con el agua son consecuencia de causas antrópicas de contaminación y de la existencia de diferentes medios de transmisión que se encuentran en el medio Page 179 acuático. No es el agua la que causa diferentes enfermedades, sino el uso negligente de quienes son agente y víctima de su condición. La gestión del agua es especialmente importante en lo que se refiere a su calidad, ya que medidas aisladas o parciales son decisivas para modificar situaciones parciales, pero no pueden revertir la condición general del recurso. En la Argentina, la condición de la calidad del agua como elemento de generación o transmisión de enfermedades es, en general, satisfactorio, con zonas localizadas que presentan índices de mayor incidencia sobre los que se debe actuar con energía. Sin que se trate de condiciones aplicables a nuestro país, se estima que un tercio de la población mundial, dos mil millones de personas, sufren enfermedades asociadas a la contaminación del agua y a la falta de higiene229.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha constatado que las enfermedades ligadas a las malas condiciones del agua y el ambiente son responsables anualmente de la muerte de gran número de personas, que ha estimado en doce millones, lo que pone en evidencia la estrecha correlación que existe entre esos factores y las enfermedades endémicas230. Estas cifras son lo suficientemente elocuentes para revelar la ineludible necesidad de realizar la gestión de la calidad del agua. La inadecuada calidad del agua de bebida, la ausencia de los necesarios tratamientos médicos y de políticas sanitarias responsables están relacionadas con el 80% de las enfermedades y son la causa de un tercio de los decesos que se producen, ya que provocan Page 180 cuatro de cada cinco enfermedades endémicas. Las enfermedades relacionadas con el agua tienen una alta incidencia en la población infantil. En efecto, las deficientes condiciones del agua bebible son responsables de parte de la mortalidad infantil en el mundo, especialmente en relación con las enfermedades infecciosas y parasitarias que afectan a muchas poblaciones del mundo en desarrollo económico, de las que no escapan las Américas231.

Entre las enfermedades transmitidas por el agua se incluyen el cólera, la fiebre paratifoidea y tifoidea, la shigellosis -causada por la bacteria Shigella-, la meningitis, las hepatitis A y E, las enfermedades diarreicas, inclusive la disentería amebiana y bacilar, entre las de mayor difusión. La mayoría de ellas se pueden encontrar en las aguas residuales y pueden prevenirse si las aguas son tratadas antes de su uso232. Otro tipo de enfermedades tiene su origen en organismos que pasan parte de su ciclo vital en el agua y otra parte como parásitos de animales, y se transmiten a las personas. Estos organismos son gusanos, tenias, lombrices intestinales y nematodos del tejido, llamados colectivamente helmintos; entre las enfermedades que producen se encuentran la paragonimiasis, la clonorquiasis y la esquistosomiasis. Esta última infecta a doscientos millones de personas en 74 países, con sus mayores índices de difusión en el África Subsahariana. Ninguna de ellas puede considerarse una enfermedad mortal, pero afectan en forma permanente la salud de quienes las padecen233.

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Asimismo, los vectores -insectos como los mosquitos y moscas que se crían y viven en ambientes acuáticos- constituyen un segmento de enfermedades relacionadas con el agua. Las enfermedades más extendidas que transmiten son la malaria, la fiebre amarilla, el dengue, la enfermedad del sueño por la mosca tse-tsé y la filariasis. La que afecta mayor número de personas es la malaria, endémica en 100 países, que provoca la muerte de más de un millón de personas por año, en su mayoría en el África Subsahariana. También vinculadas al agua, o más bien a la poca disponibilidad y calidad del agua utilizada para bebida, son...

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