Introducción

AutorLilian del Castillo
Páginas19-26

Page 19

El agua dulce es un recurso natural por excelencia y un elemento que requiere del uso responsable para continuar sustentando la vida. El agua es múltiple en su estado natural y también puede ser utilizada en múltiples aspectos. Por ello es simple en su composición, vulnerable en su calidad y compleja en su administración. La disponibilidad de agua es un factor determinante para el desarrollo social y económico, y el acceso al agua potable y al saneamiento son necesidades básicas esenciales para la salud. El agua es mutable y perenne, se usa indefinidamente y se regenera de manera constante en el ciclo hidrológico. La Biblia ya lo expresa, como lo ha citado el Ingeniero Ferrari Bono1 , con estas palabras: "Los ríos van todos al mar, y la mar no se llena; allá de donde vinieron tornan de nuevo, para volver a correr" (Eclesiastés 1,7).

El ciclo hidrológico se describe como el movimiento general del agua, ascendente por evaporación y descendente por las precipitaciones y como escorrentía superficial y subterránea. Fue formulado en diversos Códices o Manuscritos por Leonardo da Page 20 Vinci2 en el siglo XV. Obras posteriores, entre las que se ubica el estudio del astrónomo Halley, elaboran parcialmente sus características, vinculando las precipitaciones con los caudales de los ríos3 .

Toda el agua forma parte del ciclo hidrológico, aunque excepcionalmente existen aguas surgentes que nunca han estado en la superficie. Las aguas subterráneas son aguas infiltradas en la superficie terrestre, en épocas recientes o remotas, que han pertenecido en edades pretéritas al ciclo hidrológico. El lapso que se requiere para reemplazar cada etapa del ciclo es aproximadamente de doce años en la atmósfera, por evaporación o transpiración; veinte años en las corrientes pluviales (69% por lluvia o nieve y 31% por descargas en agua subterránea); y en largos períodos por infiltración en acuíferos subterráneos4. La ubicación del agua y su ciclo en el universo normativo mediante la determinación de su naturaleza jurídica son un desafío para el jurista.

El agua se distribuye en los continentes en cuencas hídricas y en acuíferos, que delimitan la topografía al determinar los límites del área de desagüe y de drenaje, y abarcan tanto las aguas superficiales como las subterráneas. La gestión del agua se basa, en primer lugar, en el balance hídrico de una cuenca, que se establece tomando en cuenta los aportes de agua, las salidas y el almacenamiento. La información necesaria para elaborar el balance hídrico es amplia y la elaboración compleja, Page 21 por lo que en muchas regiones no es posible determinar si se están utilizando, reduciendo o agotando los recursos hídricos existentes.

La confiabilidad en la abundancia de agua en la naturaleza ha provocado una utilización a menudo excesiva y en general desaprensiva, según surge de los documentos elaborados por los organismos internacionales, que muestran zonas críticas por escasez, por exceso, por desertificación, por contaminación y plantean una significativa amenaza para la salud, la alimentación y las condiciones de vida. Es posible constatar la pérdida de la navegabilidad de los ríos por erosión o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR