Marco Fabio Quintiliano

AutorAlberto Vicente Fernández
Páginas17-26

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1. Comienzos y apogeo

Marco Fabio Quintiliano nació por el primer tercio de nuestra era, el año 42 ó 45, y murió en el 95, fechas éstas probables. Algunos dicen que nació en Roma, pero San Jerónimo afirma que Quintiliano era de Calahorra, en Logroño, Castilla la Vieja, según la traducción de ex Hispania Calagurrítanus, y lo mismo se lee en el Códice de Eusebio Cesariense, el cual por no haberse conservado íntegro, ha originado dudas respecto del lugar de nacimiento,

Su padre, abogado y retórico, con bienes suficientes para dar a su hijo una sólida educación, lo envió a Roma con el propósito de que estudiara leyes, y concluidos los estudios de derecho el joven volvió a su patria, donde ejerció como abogado y cultivó la retórica, aprendida de sus maestros, el gramático Rommio Palemón y el retórico Domicio Afro.Page 18

Cuando Galba entró en Roma en el año 68, para ocupar el trono de los Césares, iba con él Quintiliano, poseedor ya de cierto prestigio adquirido por sus conocimientos, prudencia y simpatía, y de la estimación de Galba, quien lo hizo abogado del Alto Tribunal de la Tarraconense a los diecinueve años de edad. Llevado por sus ambiciones juveniles defendió a Berenice, la princesa judía a cuya unión con Tito se oponía el pueblo romano. Luego, decidido a permanecer en Roma, ejerce la abogacía y enseña retórica durante veinte años, ganando riquezas, fama y honores.

Quintiliano luce entre muchos españoles, como Marcial, Lucano, los dos Sénecas, Floro, Pomponio, Columela, Silió, Trajano y Adriano, quienes dieron lustre al Imperio; y si Juvenal vio en Quintiliano al modelo de abogado y retórico, Marcial le llama supremo moderador de la fogosa juventud y gloria de la toga romana.

Tuvo ilustres discípulos, como Tácito, presumiblemente, el futuro emperador Adriano y Plinio el Joven, quien, agradecido por las enseñanzas recibidas, dotó a la única hija de Quintiliano nacida de su segunda mujer, como dice Plinio en la carta dirigida al retórico español, hermosa prueba de agradecimiento del discípulo que siempre lo recuerda. "Aunque eres modestísimo -le dice Plinio- y de la misma manera hayas educado a tu hija, que así convenía siendo tuya y nieta de Tutilio, hoy, que casa con Manió Celer, varón distinguido y a quien sus cargos imponen cierta necesidad de vivir con esplendor, convienePage 19 que acomode su acompañamiento y vestido al rango de su esposo. Estas exterioridades no aumentan nuestra dignidad, pero la realzan. Bien sé que eres muy rico de bienes, de espíritu y fortuna, aunque mucho menos de lo que debieras serlo. Tomo, por consiguiente, sobre mí parte de las obligaciones, y, como segundo padre, doy a nuestra querida hija cuarenta mil sestercios. No me limitaría a esto si no estuviese persuadido de que solamente admitirás el regalo porque es pequeño. Adiós" 1.

El advenimiento de los retóricos griegos inicia una época de florecimiento para la educación romana. Entonces Vespasiano establece Ja cátedra de retórica, y para ocuparía nombra a Quiníiliano, asignándole una pensión de cien mil seslercios, suma enorme para aquella época. Con ello el 'español viene a ser el primer maestro de retórica pagado por el erario, y el último codilicador de los principios de ese arte. Domíciano confirma el cargo, le nombra preceptor de sus sobrinos y le hace entrega del título de cónsul con la púrpura y las insignias. Quintiliano quiere corresponder mejor a la estima, confianza y condecoraciones otorgadas por...

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