Crítica literaria

AutorAlberto Vicente Fernández
Páginas109-117

Page 109

1. Autores griegos

La crítica literaria en las Instituciones sirve como noticia previa a un estudio de los autores griegos y romanos. Sirve al orador, quien debe conocer las obras célebres de la literatura y formar su estilo por la asimilación de las cualidades que lucen en ellas.

Ya en el libro primero Quintiliano recomienda que se enseñen ai discípulo iragmentos de la buena literatura antigua, y de la moderna cuando posea más conocimientos, formándole el gusto y dándole noticia del pasado con su historia, sus instituciones y sus héroes. Pero advierte en la crítica que la nómina no puede ser completa, pues mencionar todos los autores sería cosa de no acabar y, además, de acuerdo con el espíritu y finalidad de !a obra, trata de los que sirven a la oratoria. Tampoco se refiere a todos los autores que fueron sus contemporáneos, pues, de acuerdoPage 110 con la costumbre de Quintiliano, sólo hace estimación de quienes alcanzaron renombre y lo ratificó el tiempo. Un compendio de los más sobresalientes deja que los estudiosos disciernan y comparen según cada gusto y fundamentos. A mi vez menciono los mejores de la nómina, porque la mención y crítica de los otros se hallan en el libro X, capítulo I de las Instituciones.

El primer elogio es para Hornero, el educador de Grecia, maestro de oradores en la etapa de la elocuencia sin retórica, y después, cuando, sistematizados los principios, nace un arte de la persuasión oral.

Ninguno supera al gran bardo, poeta y orador, alegre, conciso, grave, cuyo dominio de los afectos sosegados o violentos nadie negará.

Hornero debe ser alabado por su habilidad en el exordio, que hace benévolos a los oyentes; por la brevedad de la narración, muy necesaria al orador, quien muchas veces la malogra debido a una larga exposición de los hechos. La noticia de la muerte de Patrodo es rápida, y no hay epílogo comparable a las plegarias de Príamo cuando pide el cadáver de su hijo Héctor al colérico Aquiles. En las obras de Hornero aprenden los oradores a servirse de los ejemplos, semejanzas, amplificaciones, argumentos para probar y refutar, todos los procedimientos del arte de persuadir.

Para Quintiliano, Hesíodo rara vez adquiere elevación. Sin embargo, tiene sentencias provechosas, suavidad de palabras y agradable composición.Page 111

Teócrito merece admiración por su musa rústica y pastoril; pero huye del foro y aun de la ciudad.

Píndaro, príncipe de los poetas líricos, sobresale por la belleza, aristocracia y majestad del estilo, conceptos y figuras, y es como cierto río de elocuencia al que afluyen los pensamientos y palabras.

Aristófanes conserva la sencilla gracia del estilo ático, y con ella, propia de la comedia antigua que él representa, censura los vicios con grande afluencia cte palabras; pero tiene muchísimo nervio y hermosura.

Cuando Quintiliauo escribe sobre los trágicos reconoce la grandeza y...

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