Entrada en la retórica

AutorAlberto Vicente Fernández
Páginas43-55

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1. Primeros ejercicios

Cuando el niño ha llegado a ser capaz de los conocimientos de retórica, se lo entrega al maestro de esta facultad, cuyas cualidades y obligaciones consideran los capítulos primero, segundo y tercero del libro segundo de las Instituciones.

Los primeros ejercicios son de narraciones históricas, lecturas y comentarios de los clásicos, enseñando después el retórico cómo celebrar a los hombres ilustres, cómo censurar a los malvados, ejercicios útiles, no sólo porque forman el carácter por el conocimiento de la virtud y el vicio y sus diferencias, sino también por el acopio de conocimientos, hechos y ejemplos de personajes, necesarios a todos los géneros de la retórica.

La historia fue un estudio descuidado en la educación antigua, salvo Cicerón que la llamó maes-Page 44 tra de la vida, memoria de la humanidad, y dijo que no saber lo sucedido antes de nosotros es como ser siempre niños. Quintiliano la incorpora a su programa educativo, y al suscitar el conocimiento del pasado con sus hechos y sus héroes, estimula la admiración por los héroes, al par que lo usa como medio de cohesión social y continuidad histórica.

Se insiste sobre esos ejercicios de narraciones históricas, que dan al alumno soltura para la calificación moral de los personajes, y para la significación y valoración de los mencionados hechos, acaecidos en una sociedad y en una época. Porque no se trata sólo de narrar los hechos históricos, precisa comprenderlos. Las narraciones históricas, enseñadas en las escuelas, deben ser estudiadas como primera y elemental filosofía de la historia, comprensible para los alumnos mediante la vinculación de los hechos históricos y su sentido, pues ellos no son nada sin la interpretación. La muerte de César resulta incomprensible si no se la relaciona con la historia de Roma y sus luchas internas y externas. ¿Por qué los conjurados matan a César? ¿Por qué es peligroso César? ¿Qué relación tiene su muerte con los acontecimientos que vienen después? Las respuestas a estas preguntas ofrecen dificultades sin duda, y pueden escapar a la comprensión del discípulo; pero dependen de la preparación del maestro y su habilidad para enseñar. Iguales dificultades median respecto de las alabanzas y vituperios a que se refiere Quintiliano, y sin embargo él los recomienda, quiere que los buenos y per-Page 45 versos sean conocidos. Si el niño conoce sólo las acciones de los hombres buenos, ¿cómo podrá comparar? Un libro de historia carece de utilidad cuando el historiador excluye personajes y hechos históricos porque juzga que son perjudiciales a los alumnos. El precepto de Quintiliano de hacer conocer a los niños y jóvenes lo bueno y lo malo acaecido en la historia es digno de toda ponderación.

Estas consideraciones surgen del pasaje que trata de las narraciones históricas a cargo del retórico, así como las narraciones poéticas están a cargo del gramático, quien procura estimular la imaginación y cierta facundia favorable en los primeros años. Los ejercicios de narraciones históricas inician en la indagación de la verdad y la argumentación retórica con su confirmación y refutación, de los hechos. "Por ejemplo -dice Quintiliano- servirá de gran materia para discurrir, el proponer la duda de si es creíble que, estando peleando Valerio, se sentara sobre su cabeza un cuervo, que con las alas hería el rostro y los ojos del francés enemigo; del mismo modo sobre la serpiente, que dicen crió a Escipión; sobre la loba de Rómulo, y la ninfa de Numa Pompilio" 1.

Las comparaciones de discursos debe reconocerse que son un excelente medio de enseñar el arte del discurso, Quintiliano considera que alguna vez aprovechará leer a los discípulos oraciones defectuosas, con sus errores de fondo y forma, con la impropiedadPage 46 y bajeza de los pensamientos y vocablos. En este pasaje adelanta su preferencia por la manera natural y sencilla de hablar, por el estilo ático: "Algunos estiman los cuerpos contrahechos y notables por su deformidad, no los bien proporcionados; y también hay algunos que, prendados de las apariencias, piensan que el arrancarse el vello de las mejillas, el atusarse y enrizar con el hierro y fuego el cabello reluciente con el color artificial, da más gracia al hombre que una hermosura natural: dando a entender que la belleza del cuerpo nace de modas perniciosas" 2.

Cuando se pregunta qué libros deben leer los estudiantes desde el principio, no vacila en responder que los mejores, los de mayor pureza y claridad. Y en efecto: no se inicia bien al niño con asuntos novelescos que además corrompen el lenguaje. En las grandes obras de la literatura universal hay mucho saber, ingenio, gracia, dominio del idioma, claridad y sencillez propíos para interesar, sin recurrir a ciertas...

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