Trabajadores migrantes y crisis económica. Necesidad de una real proteción
Autor | Guillermo Ferriol Molina |
Msc. Guillermo Ferriol Molina: Vicepresidente de la Sociedad Cubana de Derecho Laboral y de Seguridad Social, miembro de la junta directiva nacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, miembro de número de la Asoc. Iberoamericana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, miembro del Buró de Directores de la Asoc. Internacional de Juristas Demócratas.
La situación de los trabajadores migrantes dentro de la actual crisis económica. Necesidad de real protección jurídica.
Cuando abordamos un tema como el que titula este artículo “La situación de los trabajadores migrantes dentro de la actual crisis económica. Necesidad de real protección jurídica”, dos primeras consideraciones nos ocupan la reflexión: primero, se reafirma la concepción de que toda manifestación de fenómenos sociales como la migración laboral, tiene ante todo un fundamento económico, la economía influye de modo determinante en los fenómenos sociales.
La segunda consideración nos precisa que al abordar el tema de la migración laboral ineluctablemente se puede presentar un concurso de leyes y hasta de sistemas jurídicos, en tanto se trata de la situación y la acción laboral de nacionales de un país en territorios de otro Estado.
Y una tercera consideración también nos aflora y la añadimos, el Derecho, y su expresión más concreta, la ley, constituyen expresión de una voluntad política, igualmente determinada por las condiciones económicas, por lo que toda regulación o falta de regulación para el tipo de trabajadores sobre los que versa este artículo también responden a una voluntad política.
Esta correlación de conceptos, de inicio, nos recuerda que el hombre desde sus primeros años de existencia, tuvo la necesidad de trasladarse del territorio donde residía a otro en busca de fuentes de alimentación y de vida, por lo que podemos coincidir en que el fenómeno migratorio no es nuevo. Desde entonces regulaciones diversas han tratado de sustentar el comportamiento de las personas que migran de un lugar a otro y su trato y amparo jurídico en los lugares de nuevo asiento.
También nos recuerda esta asociación de ideas que esta forma de la migración que hoy denominamos como migración laboral no es más que una migración por motivos económicos. En la génesis de esta migración confluyen para un país factores tanto internos como externos, dentro de los cuales ha resultado esencial la sistemática explotación que las hoy denominadas potencias económicas ejercieron y ejercen sobre una amplia mayoría de países, provocando que en ellas exista una mayor concentración de riquezas que en las naciones expoliadas. A la vez al interior de los Estados se han establecido sistemas sociales generadores de desigualdad social (mayor pobreza, desempleo creciente, crecimiento del sector informal de la economía, síntomas de exclusión social, bajas tasas de sindicalización, desregulación laboral, flexibilización en el trabajo, privatización de la seguridad social), todo lo que ha inducido que se hayan creado brechas sociales importantes, causantes a su vez de fenómenos migratorios diversos, al intentar los residentes de los países más pobres solucionar sus carencias económicas migrando hacia los Estados con mayor concentración de poder económico, donde por lo general los salarios son más altos. A lo anterior se unen además valoraciones como la necesidad de ayudar al sostenimiento de la familia desde el exterior, mediante la remisión de recursos materiales y financieros. Consecuentemente, la emisión de trabajadores migrantes se produce esencialmente de los países de más bajo desarrollo a los de mayor desarrollo económico.
En virtud de lo anterior, los factores económicos que influyen en las migraciones pueden resumirse en:
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las disparidades globales económicas y demográficas,
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en la demanda de mano de obra de la economía en los países desarrollados,
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la pobreza, el desempleo o subempleo,
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y la crisis económica (en el caso de la migración de supervivencia) o,
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la falta de oportunidades para mejorar el bienestar económico (migración de búsqueda de oportunidades).
Estos factores interactúan con la percepción acerca del futuro de la economía del país de origen. Se ejemplifica lo anterior cuando analizamos las diferencias económicas entre países de origen y destino en las Américas, diferencias que resultan sustanciales. Datos recientes indican que el PIB per capita de los Estados Unidos y de Canadá es poco más de tres veces superior al de México, Chile o Costa Rica, seis veces superior al de El Salvador y Perú, doce veces el de Honduras, Nicaragua o Bolivia, veinte veces superior al de Haití. Estas diferencias, expresión a su vez de las diferencias en el desarrollo de los países mencionados obra como una de las causas de las migraciones económicas en el entorno americano, migraciones que se manifiestan de diferentes modos. Veamos.
Múltiples han sido las manifestaciones que se han presentado alrededor de los trabajadores migrantes en los países receptores, como regla se prescribe en disposiciones nacionales la igualdad ante la ley de nacionales y extranjeros, pero contrariamente al refrán popular, en la práctica no se cumple, resulta excepción, no regla su cumplimiento, en no pocos países los trabajadores migrantes no han sobrepasado el status de personas ilegales, indocumentadas, en otras ocasiones han sido criminalizados, en algunos han sido tratados como esclavos, y casi como una regularidad este proceso migratorio se soporta en todo un esquema de tráfico ilegal y de lucro desmedido e ilícito, o alrededor del mismo se desarrollan procesos de migración irregular y también de robo de cerebros, fenómenos éstos que han adquirido tal dimensión que se han constituido en un negocio superado sólo en magnitud por el tráfico de armas y de estupefacientes. Las organizaciones delictivas transnacionales no han tardado en acudir al tráfico de migrantes y a controlar la inserción de los migrantes en los países de destino en situaciones de explotación laboral o sexual para obtener mayor lucro.
Ante las realidades de trato desigual, trabajo en condiciones de esclavitud, criminalización de los trabajadores migrantes, actos de lucro ilícito, es pertinente valorar si ¿debe eliminarse la migración laboral?, o si por otra parte, considerando que la migración ha sido al hombre como parte misma de su existencia, que las diferencias en el desarrollo económico entre los diferentes países y al interior de éstos, no desaparecerán en lo inmediato, se hace necesario considerar se brinde protección a los trabajadores migrantes en sus derechos esenciales como trabajadores. Todo lo anterior sin obviar, que este trato desigual ha sido parte de los sistemas de explotación existentes en países de destino, por lo que quizás la idea ha de ser que deben eliminarse estos sistemas sociales en los que la discriminación es un asunto consustancial. Lo que hay que erradicar son las causas de explotación de unos hombres por otros y de unos países sobre otros.
Una estimación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) refleja que hay en la actualidad hay más de 200 millones de trabajadores migrantes en el mundo, cifra que crece por año a un ritmo del 2,4 por ciento, excluidos los refugiados y los que buscan asilo, y aproximadamente la mitad de ellos son mujeres. El año pasado los trabajadores migrantes enviaron a su país de origen alrededor de 240.000 millones de dólares en dinero.
La propia OIT expresa que en muchos países la migración de mujeres en busca de empleo supera con mucho a la de los hombres, apreciándose la concentración de mujeres migrantes en ocupaciones vulnerables, tales como el servicio doméstico, la "diversión"...
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