Se derrite el negocio de los frigoríficos

Como todos los viernes, hay asistencia perfecta en la "escuelita" de Guillermo Moreno. Se habla de precios, del recientemente anunciado plan ganadero de Cristina Kirchner para fomentar la producción de carne; se hace algún que otro chiste y se da por terminado el encuentro. Nadie diría, a juzgar por estos encuentros que cada semana mantienen los representantes de la industria de la carne con el secretario de Comercio Interior, que los frigoríficos están pasando por su crisis más aguda desde que en 2001 se les cerraron las puertas de los mercados internacionales por el brote de fiebre aftosa, y que prácticamente todos operan a pérdida.Desde 2009 hasta la fecha, la faena cayó cerca de un 30%, a 11 millones de cabezas, y los frigoríficos se quejan de que no tienen materia prima para trabajar. Se estima en el sector que la mayoría de las plantas está operando al 40% de su capacidad instalada, mientras que unos 30 establecimientos (sobre un total de 400) directamente habrían decidido cerrar sus puertas en los últimos tres años. Como resultado, de los 30.000 empleos que históricamente mantenía la industria, hoy habría unos 6000 menos."El negocio está muy mal. Llegamos a una instancia en que es difícil decir qué factor ahora lo afecta más", reconoce el dueño de un frigorífico, que pidió no ser identificado.El punto que, sin embargo, todos marcan como bisagra es marzo de 2006, cuando el gobierno de Néstor Kirchner intervino el mercado de la carne y cerró las exportaciones para garantizar precios bajos en el mercado interno. Desde entonces, aseguran en el sector, el negocio cambió."La política ganadera fue tremenda. Porque, naturalmente, si se permite exportar, el dinero que entra por la venta de los cortes en el extranjero, que, además, no son los mismos que se consumen localmente, se puede volcar para vender los cortes internos más baratos. Eso hizo Uruguay, que hoy está mucho mejor que la Argentina", disparó un ex exportador, hoy alejado del negocio por las trabas y la falta de rentabilidad.Tradicionalmente -explica un productor, que también pidió mantener su nombre en reserva-, la industria frigorífica se dividía entre las empresas especializadas en la exportación de carnes y las abocadas al mercado interno. Pero, con la intervención estatal, se fue obligando a que todos los frigoríficos se volcaran, en parte, al mercado local. Con los precios de la hacienda en picada, los productores de carne empezaron a liquidar su ganado, y en los últimos cuatro años el...

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