Conclusión

• Autor: Antonio Castagno
• Páginas: 117-118

CONCLUSIÓN

Nada más acertadas en esta ocasión, en que se advierten o

se anuncian propósitos de reencauzar la vida institucional de

nuestro país, que se concreten ideas y esfuerzos enderezados a

revitalizar la institución parlamentaria argentina. Y resultan ac-

tualizadas las expresiones autorizadas del Dr. Carlos María Bi-

degain, al referirse en 1960 al Congreso: “Desde 1930 en tres

ocasiones ha sido disuelto y en cada caso la revolución triunfan-

te pudo incluir en su capítulo de cargos palabras de severa con-

dena para esta institución. Nadie, por otra parte, derramó lágri-

mas por ella.

La posibilidad del fracaso del futuro Congreso debe alar-

marnos, pues allí está el talón de Aquiles de la democracia repre-

sentativa”.

Permítaseme agregar a estas palabras, a manera de homena-

je a nuestra institución parlamentaria, que sería injusto cargarle

todas las culpas de nuestros grandes fracasos, pero que se ha he-

cho poco, muy poco, para dotarla de los medios necesarios para

que pudiera realizar una labor eficiente, que reflejara una imagen

moderna y dinámica, acorde con el deseo de actualización y orde-

namiento que en algunas ocasiones se declamaron, pero que nun-

ca tuvieron concreción efectiva. Pongámonos ahora en la tarea.