Memorias de Nüremberg

Ficha: El Juicio de Nuremberg (Judgement at Nuremberg, 1961), USA, 186 minutos, MGM, Director: Stanley Kramer, Guión: Abby Mann, Música: Ernest Gold, Fotografía: Ernest Laszlo, Reparto: Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Maximilian Schell, Judy Garland, Montgomery Clift, Werner Klemperer, Torben Meyer, Martin Brandt, William Shatner.

Los Juicios de Nuremberg, el turno de la justicia

El Juicio de Nuremberg (Judgement at Nuremberg, 1961) de Stanley Kramer, es una película en la que la palabra tiene una primacía fundamental, es cine con largos diálogos y dramáticos monólogos, durante todo el tiempo que dura la cinta las palabras expresan el horror, el odio, la duda y el dolor.(1) La película cuenta con un notable reparto: Spencer Tracy, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Burt Lancaster, Judy Garland y Maximiliam Schell. Nos encontramos en el proceso que se siguió en la ciudad Alemana ocupada de Nüeremberg contra los magistrados Friedrich Hofstetter (Martin Brandt), Werner Lampe (Torben Meyer), Ernst Jenning (Burt Lancaster) y Emil Hahn (Werner Klemperer), acusados de sentenciar sobre la base de unas leyes injustas en juicios amañados donde el sentido de la sentencia se sabía incluso antes del inicio del proceso.(2) Entre los acusados destaca el juez Jenning, inspirado en la figura del juez Franz Schlegelberger, que en la cinta aparece como un reconocido tratadista del Derecho, redactor de la Constitución de Waimar y Ministro de Justicia de la República de Weimar.(3)

La temática elegida por Stanley Kramer no es fácil, mayor incluso si consideramos que la cinta se filmó apenas quince años de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Si en el proceso que se siguió contra los principales líderes y criminales de guerra nazis, la única duda parecía ser la base legal para castigar sus actos, en los juicios de quienes formaron parte de la burocracia del Estado durante el gobierno del Reich el tema es mucho más complicado, basta para ello tener en cuenta que el partido nazi llegó a contar con más de ocho millones de afiliados y hubiera sido impensable desde un punto de vista práctico que todos los colaboradores del régimen fueran encausados por sus crímenes.(4)

El juicio seguido contra estos cuatro magistrados está lleno de aristas y de complicaciones que son abordadas con acierto en la cinta, tales como la aplicación por parte de los tribunales de una ley injusta, las relaciones entre la justicia y el poder y cuáles son los límites para quienes dicen actuar con obediencia a la ley.

El Juez Haywood (Spencer Tracy), encargado de presidir el Tribunal, es la figura central de la trama. Nos encontramos en el año 48, acaba de terminar la Segunda Guerra Mundial y al borde de la guerra fría, pero los juicios contra los miembros del régimen nazi ya han pasado de moda y no interesan a nadie. El experimentado juez Haywood lo sabe, pero actuará con justicia, lejos del ánimo vengador que le imprime el fiscal Lawson (Richard Widmark) y discrepante al final con la eficiente defensa que hace Herr Rolfe (Maximiliam Schell) de la inocencia de su patrocinado. Haywood intentará entender las razones que llevaron a hombres no sólo los ordinarios sino hasta los más capaces a seguir a Hitler y a cometer las mayores atrocidades.

El argumento de la defensa es elemental. Estos jueces se limitaron a cumplir estrictamente las leyes del gobierno de Alemania, no hacerlo significaba un acto contrario a la patria. El propio Janning se encargará de echar por tierra a su propia defensa, no está dispuesto a repetir la farsa en la que ha participado cientos de veces: ¿dónde estábamos cuando Hitler empezó a destilar odio en el Reichstag? ¿dónde estábamos cuando se llevaban a nuestros vecinos por la fuerza en plena noche a Docheau? ¿dónde estábamos cuando en cada aldea del país había una terminal que recibía vagones de carga para llenarlos de niños y despacharlos a los campos de exterminio? ¿dónde estábamos cuando nos gritaban en la noche? ¿estábamos sordos?¿mudos?¿ciegos? Mi abogado dice que no sabíamos nada del exterminio de millones. Les pondrá como excusa que pensábamos que eran cientos no millones ¿eso nos libera de culpa...

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