Zaffaroni versus Zaffaroni

En el fallo de la Corte Suprema de Justicia que rechazó el http://www.lanacion.com.ar/1535702-pese-a-las-presiones-la-corte-suprema-rechazo-el-per-saltum-del-gobierno del Gobierno para que se anule la extensión de la cautelar dispuesta por la Cámara Civil y Comercial a favor del Grupo Clarín, el juez Raúl Zaffaroni formuló una acotación individual. Sostuvo que, si hubiera una contradicción entre esa disposición de la Cámara y la sentencia de http://www.lanacion.com.ar/1533180-promulgacion-de-hecho-de-la-norma-que-autoriza-el-per-saltum-de-la-corte-para-el-caso-clarin para el 7-D el vencimiento de ese amparo, se podría estar frente a un "alzamiento".El presentimiento de Zaffaroni, que salió en auxilio de Julio Alak, el primero en hablar de un alzamiento, supone que los jueces deben obedecer en sus pronunciamientos a los tribunales superiores. Es una tesis muy controvertida.Reconocidos juristas sostienen lo contrario. Uno de ellos, argentino, afirma: "Simpatizo tremendamente con una disposición muy inteligente de la Constitución italiana que dice que entre los jueces no hay jerarquías, hay sólo diferencias de competencia. Me parece que algunas competencias son importantes, pero jerarquías no". El mismo experto agrega: "Cuando un tribunal está ejerciendo un poder sobre otro al que considera inferior, se pierde una independencia cotidiana. El juez se siente todos los días de alguna manera agredido. Y eso produce respecto del Poder Judicial una sensación de corporativismo, que no la puede tener ese poder".El jurista argentino que defendió esta posición es Zaffaroni. Lo hizo el 6 de diciembre de 2003, ante la Comisión de Acuerdos del Senado que debatía su incorporación a la Corte. El caso del "alzamiento" podría llamarse, entonces, Zaffaroni vs. Zaffaroni. Muy evangélico lo de este juez: decidió amar al prójimo, en este caso a Alak, más que a sí mismo.Para convencer a un eminente canciller argentino de la necesidad de prohibir la construcción de una torre al lado de la Nunciatura porteña, el otrora poderoso secretario de Estado de la Santa Sede, Angelo Sodano, apeló a un elocuente tecnicismo. Cuando el diplomático le explicó que no había razones jurídicas para satisfacerlo, el cardenal respondió: "Mi querido ministro, usted sabe que el derecho es un acordeón?".La polémica sobre el artículo 161 de la ley de medios es, como todo proceso judicial, un festival de ambigüedades y alternativas hermenéuticas. Cristina Kirchner parece no haberlo calculado. De lo...

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