Un voto cantado para la señora presidenta

Estoy feliz: por primera vez en mi vida, un año antes de las elecciones ya sé por quién voy a votar. Votaré por la Presidenta. Sí, decididamente, quiero su reelección. Y ojo que lo mío no es conmiseración, mucho menos descarte y tampoco es voto-cuota, si bien, como cualquier argentino medio, he cambiado la heladera, la PC y el televisor gracias a esos magníficos planes de 60 cuotas fijas. El mío es un voto meditado, positivo, convencido e incluso entusiasta. La quiero a ella y quiero que gane.¿De dónde me viene este repentino kirchnerismo, esta súbita conversión a la causa cristinista? Pues me viene del último mes. Repasemos:1) La señora ?es decir, mi Presidenta? ya acordó una negociación con el Club de París para saldar la deuda y que el país vuelva a los mercados y vuelva a ser confiable para los inversores; eso significa que no va a darse un atracón con otra caja de acá, como le gustaba a su marido, sino que intenta hacer lo de cualquier país serio: obtener financiación razonable de los que te prestan porque confían en vos; y además quiere salir del default con el Club en seis años, y no repetir aquel absurdo pago al contado al Fondo Monetario Internacional de 2005.2) La señora ya arregló también con el FMI, que supervisará las cuentas y hará un nuevo índice de inflación (pensar que Néstor le había pagado todo cash precisamente para no tener que pasar por sus auditorías).3) Mi Presidenta se plantó en la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata y logró defender a capa y espada a Estados Unidos, blanco de todos los países alineados con la causa bolivariana; qué alegría me dio comprobar que de un lado estaban la Venezuela de Chávez, la Bolivia de Evo, el Ecuador de Correa y la Cuba de Castro, y, del otro, la Argentina de Cristina, jurándose que toda esa zurda no iba a pasar, y no pasó.4) Mi Presidenta deja actuar a la Justicia (más que dejarla, la alienta) para que persiga a Moyano por la causa de la mafia de los medicamentos; era hora de que alguien se le plantara a este señor, que con Néstor había adquirido demasiado poder. Las cosas allí están volviendo a su lugar.5) A la señora no le tembló el pulso para reconocer al Estado palestino, siguiendo a pie juntillas lo que acababa de hacer Brasil. También aquí hay una diferencia con el ancien régime , en el que bastaba que Lula hiciera algo para que la Casa Rosada hiciera lo contrario.6) La señora sigue atrapada por los discursos, pero ya...

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