Con vértigo indescriptible

SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- El Rally Trasmontaña es quizás el mayor desafío de mountain bike. Siempre difícil, tuvo un nuevo trazado con un recorrido de 65 kilómetros y unos 1600 metros de desnivel. Y a diferencia de los rally anteriores, esta vez no fue una gran bajada y una gran subida, sino que el circuito contó con más variedad en su recorrido, logrando de esta manera convertirse en una carrera mucho más técnica que las anteriores.

Una vez más estoy aquí, junto a mi compañero, Nicolás Escobedo, esperando que den la señal de largada. Mientras tanto, pienso y repaso mi último año de entrenamiento y nunca encuentro el verdadero motivo que me hace volver a esta selva para correr contra mí mismo.

Pero no hay tiempo, porque el top me vuelve a la realidad. Esta vez la partida no fue un bajada como años anteriores, sino que tuvo una subida que sirvió para calentar las piernas y luego, sí, continuó con un primer descenso más bien corto, pero bien picante, con raíces, piedras, polvo, curvas y contracurvas con muy pocas posibilidades de sobrepaso que obligaban a mantener la atención constante.

Como es habitual, a esta altura muchos corredores sufrían problemas técnicos. Caídas, pinchaduras, caminatas y otros problemas empezaban a aflorar.

Al llegar al río nos reencontramos con mi compañero, con quien planeamos llegar lo más enteros a la cumbre del Telégrafo, para después poder hacer bien las últimas subidas y quemar el resto en la última parte. Volviendo al río, lo hicimos a buen ritmo, pero con cuidado de no entusiasmarnos, ya que es una zona plana y que invita a meterle.

Cumpliendo con lo pactado, pasamos por el PC de La Sarita y comenzamos a subir hasta el temible Telégrafo.

Tras la cima llegó una nueva bajada, esta vez no hacia El Siambón, sino hacia el río nuevamente… ¡Y qué bajadita! Me gustaría hacer una encuesta para ver cuántos de los casi 1500 corredores la hicieron andando completamente, ya que había tantos corredores caminando hacia abajo con sus bicis a cuestas que era...