Se vende agua del Río de la Plata

Autor1.Rodolfo Capón Filas - 2.Norma H. Rozadas - 3.Ricardo González - 4.Honorio Héctor Guaschino
Cargo1.Doctor en ciencias jurídicas y sociales. Responsable académico de la Revista Científica Equipo Federal del Trabajo - 2.Profesora de Geografía, Responsable de la sección Ecología en la Revista Científica - 3.Doctor en ciencias jurídicas, constitucionalista, Juez del Trabajo en San Isidro - 4.Abogado , Profesor Asociado Derecho Ambiental y Afines.U
A Texto

Un polémico negocio: venderle al mundo el agua del Río de la Plata

Una empresa hace esta insólita oferta desde Buenos Aires. Hay un vacío legal.

¿Vienen por el agua? En un país expoliado tantas veces, no es extraño que el fantasma cobre dimensiones verosímiles. Sobre todo, desde que se sabe que el agua dulce apta para el consumo humano comienza a escasear y la Argentina comparte con los países del Mercosur la suerte de estar ubicada encima de uno de los tres mayores reservorios subterráneos del planeta: el acuífero guaraní.

Sobre este dato real, desde hace un tiempo se acumulan historias sobre extranjeros que estarían haciendo punta en la carrera por apropiarse del nuevo tesoro. En Corrientes, temen por los movimientos del excéntrico Douglas Tompkins. En Córdoba, se habla de miles de hectáreas que habría comprado la familia Bush para comenzar a perforar las napas. En medio de los rumores, apareció el primero dato concreto. Una empresa ofrece abiertamente agua argentina al mundo. Aunque esta vez se trata de agua superficial. La que fluye libremente por los ríos.

La noticia creció en Santa Fe, donde muchos aseguran haber visto a los buques tomando agua del Paraná. Bastó que alguien descubriera la página en Internet de la empresa Makhena, que ofrece "agua dulce a granel, cruda, sin tratamiento, de ríos de llanura de Argentina", para que se encendiera la alarma y el senador provincial Ricardo Kaufmann se apurara a pedir una investigación. Agobiado por la repercusión repentina de la oferta que está en la web desde hace más de tres años y la catarata de insultos que recibió por mail en los últimos días, el responsable de la oficina de Makhena en Buenos Aires, Alberto Cholewa, habló con Clarín (Ver "No perjudica..."). Reivindicó su oferta comercial, acusó a los políticos de escandalizar a la gente con denuncias falsas y aportó un dato que quizá tranquilice: aún no logró vender una sola gota de agua. A decir verdad, sí lo hizo, pero en los 80, cuando no existía la conciencia ambiental de hoy. Pero ahora, aunque asegura que tiene interesados de medio mundo, el alto costo del flete todavía le impide concretar las operaciones. De lo que está seguro es de que su negocio es perfectamente legal. "Lo que no está prohibido, está permitido", se ataja. Y, por ahora, tiene razón.

Voceros de la Aduana explicaron que no está tipificada la exportación de agua de río y que nadie ha solicitado hacerlo. Pero en el código aduanero figuran las exportaciones habituales. Y eso no quiere decir que no se pueda solicitar permiso para exportar otro producto y seguir el trámite hasta su autorización.

"Hay un vacío legal", admite la experta en geopolítica y medio ambiente Elsa Bruzzone, autora de los libros Las guerras del agua I y II. Como otros ambientalistas, reclama que "el agua no sea tratada como una mercancía, sino como un derecho humano".

En la Secretaría de Ambiente informaron que el flamante secretario, Homero Bibiloni, acaba de poner a un técnico a investigar este tema.

Mientras tanto, se insiste en que los barcos ya se están llevando el agua, disimulada como el lastre que necesitan los buques para navegar. Y Cholewa se apresta a enviar agua del Río de la Plata al mundo. Sólo aguarda que le cierren los números y que no le cierren el grifo.

La Comisión de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios de la Cámara de Diputados recibió dos proyectos que expresan "preocupación" por la posible venta de agua del río Paraná. Uno, firmado por Ariel Basteiro, Victoria Donda y Paula Merchan, pregunta "qué razones justifican la demora del Poder Ejecutivo en reglamentar la ley 25688 para elaborar el Plan Nacional para la Preservación, Aprovechamiento y Uso Racional de las Aguas". Quiere saber también si la empresa Makhena obtuvo autorización para operar y por qué motivos.

El otro proyecto, de la diputada entrerriana María Cremer de Busti, Gustavo Zavallo y María Petit, advierte que, si el negocio se concreta, se estaría violando el Régimen de Gestión Ambiental de Aguas.

Desde Santa Fe, el senador provincial Ricardo Kaufmann pidió la prohibición de la venta de agua del Paraná.

Entrevista a Alberto Cholewwa, exportado de agua

"No perjudica a nadie y además deja divisas al país"

Alberto Cholewa dice tener una larga experiencia como ingeniero mecánico y empresario. Hace 17 años formó con otros cuatro socios la empresa Makhena que, con sucursales en Buenos Aires y Miami, se dedica a rubros de lo más diversos: desde la exportación de aceite de oliva, ajo, carbón y agua mineral envasada en origen (en Mendoza), hasta el asesoramiento para grandes obras como plantas potabilizadoras y puentes. Hace cuatro años se propuso reflotar un negocio en el que había incursionado hace dos décadas: la exportación de agua a granel. Recién regresado de Europa, en su oficina de San Telmo argumentó ante Clarín que su trabajo es más transparente que el agua y acusó de ignorantes a quienes lo atacan.

-¿Cómo era el negocio en los 80?

-Aprovechábamos los barcos que traían petróleo de Venezuela y, al regresar, los mandábamos con agua que se tomaba en el río, a la altura de La Plata, para las islas del Caribe. Parte era para consumo y el resto para riego. Pero en el 87 se dejó de importar petróleo, dejaron de venir los barcos y se acabó.

-Hasta ahora, que reapareció la demanda.

-Sí, tenemos interesados en Israel, España, Argelia, Tanzania y las islas del Caribe. Pero por ahora no hemos podido concretar ninguna operación porque los costos del flete son muy altos.

-¿Cómo es la ecuación del negocio?

-Utilizaríamos los buques Panamax que ya no se usan para transportar petróleo. Un barco puede cargar 70 millones de litros de agua. Esa cantidad, cruda, sin procesar, podría venderse a unos 70 mil dólares, incluyendo el 18 por ciento entre aranceles y el canon que se llevaba Recursos Hídricos de la Nación en los 80. Podrían quedarnos unos 55 mil dólares limpios de ganancia. Pero claro, el transporte en barco cuesta cerca de dos millones de dólares.

-Entonces, ¿cómo piensa hacer para concretar el negocio?

-Con un flujo constante de barcos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR