Varias obras y una misma protagonista

El día en el que comprendió que se iba, del poder y de la vida, sólo deseó que la historia la recordara como quien se dedicó a llevar las esperanzas de los necesitados y como la mujer a la que su pueblo le decía "Evita".Pero cuando una figura trasciende la muerte, a veces, se constituye en leyenda y no porque se transforme en mera fábula. Hoy, las anécdotas del boca a boca, los registros impresos en negro sobre blanco y las imágenes de la que aún después de muerta sobresale, por la veneración y el odio, se mezclan con la fantasía del "qué habría pasado si?". Y ocurre la alquimia, los relatos fluyen, la muerte queda atrás, y Eva vuelve a las tablas.A más de un mes del aniversario N° 59 de la muerte de María Eva Duarte de Perón (el pasado 26 de julio), son muchas las obras de teatro que actualmente están en cartel, más las que ya están pautadas para el futuro, en las que su figura es protagonista de relatos en los que lo histórico dialoga con la ficción recreando una infinidad diversa de Evitas.Así, la mujer que murió hace ya 59 años, habiendo cumplido sólo 33, en las diferentes obras se presta al juego de ser joven nuevamente, conversa con quien nunca conversó, se queja de la vejación que recibió su cuerpo eternizado en porcelana, luce sus joyas y vestidos, reniega del abandono de Perón, o habla con "sus descamisados"."Se vuelve a hablar de Eva porque es inconmensurable, ella entendió la urgencia del que necesita, y nosotros aún no la hemos terminado de comprender y al narrarla a ella nos narramos a nosotros, la amemos o la odiemos, nos representa", dice a LA NACION Cristina Escofet, autora de Bastarda sin nombre. "La Eva de mi obra recuerda cómo fue su nacimiento y bastardía y cómo ella, desde ese lugar, quiere legitimar lo ilegítimo. Porque el recorrido de su nombre la representa: primero se llama Eva María Ibarguren; a los 7 años, su padre biológico la reconoce y le pone María Eva Duarte; más adelante se suma el apellido Perón, y después de muerta, pasa a ser María Maggi de Magistris", explica Escofet.Eva sabía de su origen dual, entre la oligarquía que recriminaba y los humildes que amaba. Nació de la relación extramatrimonial entre Juan Duarte, un estanciero casado y con hijos oriundo de Chivilcoy, y Juana Ibarguren, quien oficiaba de cocinera en la quinta que ocuparía temporalmente el hombre en Los Toldos. En la obra, Evita, personificada por Roxana Randon, acepta su bastardía de origen y la reivindica en el desarrollo de la obra."Yo no renuncié nunca...

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