Tres personas por día sufrieron en Buenos Aires algún tipo de tortura

LA PLATA. Gonzalo Encina tenía 18 años. Tenía, también, miedo. Participaba de un programa de asistencia a víctimas de tortura de las Naciones Unidas y murió en un "enfrentamiento" con la policía, en septiembre pasado. El suyo es uno de los casos que relevó la Defensoría General de Casación Penal bonaerense durante 2014. Según ese registro, entre marzo y diciembre, hubo 1000 hechos de tortura en la provincia: uno cada ocho horas.

"Él le refería al psicólogo el miedo que tenía de ir a una prisión, porque la policía le dijo, la última vez que lo torturó, a los 17 años: «Vas a ver cómo te queda el culo cuando vayas a la cárcel»", dijo el defensor de Casación Penal Bonaerense, Mario Coriolano, el 19 de marzo pasado, frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en una audiencia sobre torturas en la Argentina.

Guillermo Orizaola, director de Coordinación del Sistema de Promoción de los Derechos de los Niños de La Matanza, dijo a LA NACIÓN: "Las lógicas se replican. Siempre tienen que ver con el actuar de la policía, que incluye golpizas a los chicos y amenazas a las familias. Todos sabemos que pasa, pero no podemos determinar bien a quién le pasa. Bueno, ahora sabemos a quién le pasa, sabemos quién es cada uno de los chicos".

César Albarracín, subsecretario de Política Criminal de la provincia, explicó que existe "una cantidad de mecanismos cruzados de control y monitoreos que permiten que cualquier persona que sea víctima de una situación que no corresponde pueda plantearla para que se corrija inmediatamente". Y agregó: "Hay una decisión política del Estado de ir a fondo en estos temas y no hacerse el distraído".

Temor a denunciar

Los mil casos registrados por la Defensoría durante 2014 fueron, en principio, comunicados a un operador de algún programa municipal o a un defensor público. En 287 casos se logró que la víctima contara la situación de tortura ante un juez; en 203, a un fiscal, y en sólo seis, a un funcionario policial. Pero en casi la mitad de los casos sólo le relataron la situación al defensor, "por temor a represalias", revela el informe.

El Servicio Penitenciario Federal (SPF) y la policía bonaerense son señalados por las víctimas. "El temor y los índices de impunidad hacen que pocos sean los que quieran denunciar", dijo a LA NACIÓN Paola García Rey, abogada de Amnistía Internacional Argentina.

La mayoría de los casos registrados dan cuenta de que las modalidades de tortura van desde golpes con objetos...

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