El trabajo generizado de las obreras de INTECO S.A.

Estamos preocupados por investigar las transformaciones que en la clase obrera se han operado a partir de la década de 1960, pero especialmente por aquellos cambios que se produjeron en este colectivo en nuestra región entre las décadas de 1970 y 1990.

Así, no sólo en términos objetivos, sino también desde lo subjetivo, es que abordamos la investigación que aquí exponemos brevemente.

Consideramos que el concepto de género no debe aplicarse al análisis de la historia de las mujeres, sino a toda la historia, evitando caer en un modelo de análisis monocausal. Por cierto, siguiendo a Reyna Pastor, Lourdes Benería, Martha Roldán y Helena Hirata entre otros, entendemos que no se pueden llevar a cabo estudios de género desconociendo la estructura económica y social; por eso, en nuestro análisis ponemos particular interés en las implicancias de las relaciones de género y clase, tendiendo a comprender qué articulaciones se han producido entre las distintas desigualdades sociales.

El abordaje de nuestra investigación se corresponde con el período comprendido entre comienzos de la década del 70 y el año 1981 en especial, que es cuando cerró la planta de INTECO en Trelew, aunque no podemos dejar de inscribirlo en un ciclo más amplio.

Nuestra referencia al género (producto de la elaboración social y cultural de un atributo de carácter corporal y la pertenencia a un sexo determinado) delimita las opciones de inserción social de las mujeres. Debemos tener en cuenta que la valoración simbólica de esa diferencia, y las normas de conducta social que impone el género varían en cada cultura y en cada momento histórico. Lo significativo entonces, es reconocer la articulación que existe entre las distintas desigualdades.

Nos preocupa la recuperación de la identidad y la dignidad de este núcleo de trabajadoras, porque estas herramientas les podrían permitir superar en algún grado la inmovilidad en la que están sumidas. La desocupación ha interrumpido su proyecto de futuro, porque no sólo no tienen salario, sino que han perdido su rutina, su rol.

El poblamiento de Patagonia ha sido aluvional, y si la “identidad del barco” se adjudica a los argentinos, las rutas 3 y 40 han agudizado esa condición. Así, la tensión que existe entre lo vernáculo y lo europeo, se profundiza entre lo local (que de hecho no existe) y lo del norte (más allá del Río Negro si uno vive en Trelew, o el Río Chubut, si uno vive en Río Gallegos).

Ya desde la década del 1920 Patagonia dejó de ser tierra de promisión, y comenzaron a solicitarse medidas de fomento para promover la radicación de población. Resulta sumamente interesante el corroborar que buena parte de ese ideario positivista ha continuado teniendo vigencia, y aún hoy tiene proyecciones.

Una aproximación a la localidad en la que centramos nuestro estudio

Trelew, nació en 1886 y tiene la particularidad de ser la única ciudad del Valle Inferior del Río Chubut, que nació vinculada al ferrocarril. Su primer registro estadístico -correspondiente al segundo censo nacional de población- en 1895 registró sólo 132 habitantes.

De trazar una curva que reflejase los distintos ciclos económicos de Trelew, el inicial comenzaría con el proceso de colonización galesa iniciado en 1865 con su producción agrícola -trigo, posteriormente alfalfa-, complementada con el intercambio de productos obtenidos del trueque con los pobladores originarios, y la superexplotación del cuero del lobo marino en la Península Valdés (el que fue prácticamente exterminado en la hoy reserva natural).

Posteriormente se dio el ciclo de la lana, desde 1880; el ciclo del caolín y la leña entre 1930 y 1950, para ingresar finalmente en el que reconocemos como ciclo de las promociones industriales a fines de la década del 50.

Poco a poco fue configurándose como centro de abastecimiento e intercambio, y nudo de comunicaciones entre el interior (hasta la cordillera) y Puerto Madryn. De allí, que su incipiente clase dirigente fue constituida por comerciantes y acopiadores, vinculados especialmente a capital británico, que se fueron configurando en su dirigencia política.

Compartimos la hipótesis de Irusta y otros (Irusta, 1991:18) que hace de este núcleo de comerciantes que aprovecharon y desarrollaron a través de la modalidad crédito abierto - pago en lanas, una acumulación rápida de ganancias, que invirtieron en el campo, evidenciando una veloz tendencia a la diversificación económica.

Así se configuro una elite local que logro articular sus intereses en lo económico y en lo político. Es de destacar, que la otredad que desde la incorporación al Estado Nacional buscó hacer invisibles a los pobladores originarios de Patagonia, en el proceso de industrialización se manifestó en la segregación, incluso espacial, de la población originaria mayoritariamente del ámbito rural.

Su población fue directamente influida por la llegada de migrantes del interior de la provincia, y de otras regiones en las décadas '70 - '80. En el doble proceso migratorio acontecido, los técnicos y profesionales que se asentaron en la localidad dinamizaron la vida cultural y social, mientras que los obreros fueron asentados marginalmente en las proximidades del Parque Industrial de Trelew (PIT), de “espaldas al centro y la zona residencial”.

En el ámbito rural se había producido un crecimiento demográfico y una severa restricción en términos absolutos y relativos de la tierra. Las sucesivas subdivisiones y la falta de capital para invertir y lograr un uso más intensivo de este factor, expulsaron población del campo chubutense. Una gran mayoría migró directamente hacia las mayores concentraciones urbanas, ya que los pueblos del centro de la provincia no ofrecían posibilidades de trabajo. En muchos casos se produjo una primera migración hacia Esquel, y posteriormente un asentamiento definitivo en las ciudades costeras.

El proceso antes referido ha sido continuo desde fines del siglo pasado, funcionando como polos de atracción de modo alternado Comodoro Rivadavia con la explotación del petróleo, el Parque Industrial de Trelew, la industrialización del aluminio en Puerto Madryn, y la industria pesquera en Rawson entre otros.

La constitución del polo industrial en la ciudad de Trelew, atrajo también migrantes del área metropolitana y de otras provincias argentinas. El personal técnico, profesional, y de mayor calificación amplió los sectores medios de esta localidad.

A la fecha disponemos de los siguientes datos poblacionales :

* 1960 11.852 habitantes.

* 1970 24.214 "

* 1974 38.664 "

* 1975 42.542 "

* 1977 52.000 "

* 1980 53.999 "

* 1991 79.340 "

Inteco S A

Cabe destacar que esta empresa es una de las pocas que contó entre sus proveedores a fábricas del PIT, las que la abastecieron de fibra sintética, texturizada, lana y tela terminada.

La totalidad de su producción era enviada a Buenos Aires, para ser distribuida en todo el país, o incluso para ser exportada, por ejemplo en 1977 parte de su producción se ubicó en el mercado alemán y en el venezolano.

Los moldes para las prendas que confeccionaba esta empresa fueron proporcionados directamente por su principal cliente: ETAM, y la cantidad y tipo de telas a emplear dependió de la demanda estacional, y fue de acuerdo a los requerimientos de la moda.

La producción fue enviada periódicamente a Buenos Aires, utilizando indistintamente las empresas de transporte "Cinta Azul" o "Gargarello", y en menor medida transportes locales.

Su mano de obra fue esencialmente femenina, y contaba entre los servicios que brindaba al personal con un moderno comedor y servicio de guardería.

Radicación y establecimiento de la empresa Su trayectoria en Trelew

De acuerdo a la información que hemos relevado el capital de ETAM S.A. en la década de 1970 estaba asociado a MODART S.A. Este núcleo empresarial, contaba con distintas firmas que producían insumos para su cadena comercial: ELFA producía telas,- tejeduría que tenía al nylon como principal producto- ; LEDA era de confección, vestidos, tapados, trajes, etc.; LIFA producía lencería; e INTECO que se subdividió, entre un emprendimiento que producía medias de nylon (calzas) en la localidad de Gaiman - Chubut -, con alrededor de 50 obreras, e INTECO Trelew que es la que nos ocupa.

Nos detuvimos en éste emprendimiento ya que su planta laboral estaba constituida mayoritariamente por mujeres, y esto nos remite a la División Genérica del Trabajo, que hace participar a hombres y mujeres en distintos procesos productivos, utilizando distintas tecnologías, que va entrelazándose con su división social y técnica

Es dable destacar que en los momentos de mayor producción llegó a ocupar a más de 300 trabajadoras. i

Funcionó en Trelew a lo largo de la década de 1970, y su cese fue resultado de la política económica que comenzó a implementarse en la última dictadura militar. Al privilegiar políticas monetaristas, orientadas a un patrón de acumulación sustentado en la valorización e internacionalización financiera del capital, y la industria se transformó en un sector casi marginal. Se redujo la demanda de bienes por los asalariados, y el mercado de la indumentaria se vio seriamente comprometido, agravándose aún más este proceso con el aumento del consumo de bienes importados, en detrimento de la producción nacional. (Schvarzer, 1996).

Debemos señalar que a la fecha no hemos detectado trabajos históricos que aborden el análisis de la transformación operada en la industria del vestido para el período en análisis.

El embate que sufrió la industria de la indumentaria a partir de la implementación de la tablita de Martínez de Hoz llevó al cierre de la planta de INTECO S.A. en...

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