Temió perderla y le organizó un casamiento 'sorpresa'

"Tengo a una persona de confianza para recomendarte como animadora", le dijeron a Hernán Rago (40) ese agosto de 2004. La empresa familiar de eventos infantiles en la que por entonces se había refugiado luego de haberse desempeñado como ingeniero de sonido en una reconocida agencia de publicidad, necesitaba ampliar su staff. "Había dejado de trabajar en la agencia y estaba tomándome unos meses sabáticos ya que tenía el cerebro quemado literalmente. Mi hermana, dueña en ese momento de la empresa, me pidió que la ayudara a traslasdar al equipo de animadoras con el argumento de que era una buena oportunidad para conocer chicas. Sí, literalmente me dijo eso".

A Florencia (41) la conoció en ese contexto. Como era recomendada de la familia, la contrataron para animar fiestas. Empezó a trabajar un día del niño. "Me morí en cuanto la vi. Y en ese momento pensé que la iba a invitar a salir, costara lo que costara . Me parecía tan hermosa que estaba convencido de que no iba a tener ni la más mímina posibilidad de concretar algo", dice él entre risas. Pero era más grande el miedo que la realidad y ella no dudó en darle el beneficio de la duda. "Nuestra segunda cita formal fue para ver un show de circo chino en el teatro Ópera. Cuando la fui a buscar y salió toda producida -pero muy sencilla a la vez- me acuerdo perfecto que me quedé sin habla, como en las películas. Fue literalmente el rayo del que hablan en el libro El padrino , una fuerza de la naturaleza inexplicable".

Pasó un mes desde esa cita y, aunque habían tomado los recaudos necesarios, un buen día se enteraron que iban a ser padres . "Yo no permití que nadie opinara ni se metiera en nuestras vidas y nos planteamos ser inteligentes y que la relación creciera con la panza, o no". La panza efectivamente creció y la relación también, pero llevó más tiempo del que suponían y no fue fácil. "Lucía, nuestra hermosa hija, nos ayudó a rescatar lo importante y dejar de lado lo superfluo".

Florencia sentía por momentos que no sabía dónde estaba parada. "Creo que me odiaba al principio. Claramente no nos conocíamos bien, más allá de la atracción muy fuerte que sentíamos. Encima trabajábamos juntos. Además, tengo que reconocer que yo soy un personaje muy raro, no soy mala gente pero soy especial. Supongo que para ella fue mucho y todo muy junto. Por suerte nos supimos dar tiempo y aire y la cosa fluyó".

¿Camino al altar?

El tiempo pasó, limó asperezas y Florencia y Hernán empezaron, de a poco, a tener...

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