¿Telegram sí o no?

Nacido en Berlín de padres rusos y con residencia actual en Dubai, sumó 25 millones de seguidores cuando WhatsApp sinceró la manera en que compartía con terceros los datos de sus usuarios

Cuando WhatsApp (es decir, Facebook) blanqueó qué datos de sus usuarios compartiría con terceros (léase, anunciantes), hubo una suerte de estampida virtual y muchas personas que estaban empleando WhatsApp para comunicaciones sensibles se mudaron a Telegram . No era la primera vez, pero el dato es interesante: la decisión no fue el resultado de un análisis racional, sino una reacción emocional. Racional habría sido no usar nunca WhatsApp para esa clase de mensajes . Porque, ¿cuándo consideramos que un mensajero es seguro? Al parecer, no lo tenemos muy claro.

"Una cosa es privacidad y otra anonimato" , me dijo estos días, al hablar sobre el fenómeno Telegram, Federico Kirschbaum, CEO de Faraday y cofundador de la Ekoparty , una de las conferencias de seguridad más importantes de América latina. Daba en el clavo, porque, como lo explicó oportunamente la Electronic Frontier Foundation , la seguridad de un mensajero depende básicamente de para qué lo vayamos a usar. Pero volvamos a Telegram.

Hay publicaciones que recomiendan desinstalar este mensajero sin más trámite . Otras, menos sanguíneas, recurren a datos objetivos, como la evaluación de privacidad que hace el AppStore de Apple , donde Telegram y WhatsApp salen mal parados . En todo caso, nacido en Berlín de padres rusos (los hermanos Durov) y hoy con residencia en Dubai, Telegram no es el favorito entre los expertos en seguridad. En esa posición figuran el menos conocido Signal y el todavía más recóndito Threema , que, al revés que los otros, cuesta 3 dólares; el precio, aunque bajo, restringe todavía más su difusión. Es que, en tiempos de internet, queremos todo, de la mejor calidad, sin avisos y sin pagar un centavo. Es decir, otra decisión irracional. O, cuando menos, poco realista. Telegram se financia con fondos privados, y su éxito le ha atraído montañas de dinero. WhatsApp le costó a Facebook 22.000 millones de dólares. Signal, en cambio, vive de donaciones, y ahora se ha propuesto darle soporte a los pagos en una criptomoneda mediante el mensajero , no sin generar rechazo , aunque no todo el mundo en el ambiente se la seguridad ve esto con malos ojos. Es un hecho: nadie puede vivir del aire, y mucho menos ofrecer un servicio complejo en internet sin capital.

Signal es el elegido entre los expertos por un número de razones técnicas, pero también por otro dato objetivo: el grupo de hackers responsable de Signal es el mismo que creó para Facebook el cifrado de WhatsApp , cosa que en su momento me confirmó Matthew Rosenfeld, mejor conocido como Moxie Marlinspike, el criptógrafo detrás de Signal . "De hecho, también WhatsApp fue creado originalmente, antes de que lo comprara Facebook, por un grupo de hackers", recuerda...

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