Tartagal IV. 25 años de democracia

• Autor: Miriam Carrizo Moreno

Hacen 25 años que se conquistó la Democracia. En el pasado 10 de diciembre de 2.008, nos dimos con la sorpresa los que pasábamos por la calle Mitre, de que a las diez de la mañana, un grupo de aborígenes venidos de Tartagal (Salta), marchaban entristecidos hacia el palacio de la Legislatura provincial. Preocupado, el Cacique de la zona norte de nuestra provincia, que representa al pueblo indígena, habló ante las cámaras de televisión, denunciado que se encontraban cercados por las máquinas topadoras y con los equipos de fumigación y que eso significaba un peligro para los humanos y animales domésticos de cada una de las familias, perros, gatos, vacas, caballos, aves, porcinos y otros. Los estaban corriendo de su territorio natural. Por tal motivo, habían venido en reiterada oportunidades a solicitar una entrevista con las autoridades para escriturar los terrenos que ancestralmente heredaron de sus mayores y que varias veces les contestaron que no estaba la persona que los debía atender. Al enterarnos de tamaña indiferencia hacia los más necesitados, nos preguntamos si los gobiernos que pasaron en estos veinticinco años, no pudieron solucionar el antiguo problema de la quita de tierras a los ciudadanos nativos del norte argentino. Ellos solicitan el reconocimiento del derecho de posesión de sus tierras, lugar en donde vivieron sus ancestros y que hoy desgraciadamente son considerados parias que molestan y que sus derechos son usurpados por extraños de otros países que fomentan el cultivo de la soja (alimento que consumen los cerdos en Europa), y que por ello han asesinado a miles de árboles y especies de animales salvajes considerados como riqueza natural de nuestro territorio. Los desmontes hacen morir a la tierra acarreando su riqueza vegetal, más la pobreza, porque los cultivos de maíz, papa, zapallo, hortalizas y frutales, se están debilitando y hasta en algunas zonas no se producen por la sequía, justamente porque no existen más los árboles contenedores de la humedad para que las tierras sean aptas para el cultivo. Entonces, si en veinticinco años de democracia no bastaron para que los gobiernos que pasaron, se preocuparan por un sector humano notablemente indefenso, podemos entender que es verdad, que el país ha carecido de gobernabilidad y sobre todo de sensibilidad para con los más necesitados. Vergonzoso también es mentar que en medio de los que fueron montes añosos, se han levantado casas confortables con lujo...