Un tal Rodríguez..., pero no cualquier Rodríguez

Desde la coqueta terraza del Montecarlo Country Club la vida parece no tener complicaciones. Los imponentes cruceros, atiborrados de turistas, van y vienen por las aguas de la bella Côte d'Azur, la Costa Azul, en el sudeste francés. El glamour matiza cada rincón. Los autos de altísima gama aceleran entre las zigzagueantes callecitas del principado. Despreocupado y luciendo sus mejores atuen dos y adornos, el público disfruta del sol, de algún trago, observa de reojo y detrás de los anteojos oscuros las canchas de tenis, teñidEl apellido es por su mamá, Claudia. Como en tantas historias de abandono, el padre desapareció sin que Maximiliano llegara a conocerlo. A pocas cuadras de la cancha de Newell's, en el barrio Bella Vista, comenzó una historia tapizada de privaciones. Pero arropada por el afecto de los abuelos, Beatriz y José Rodríguez, el Pichi, el que por primera vez lo llevó de la mano al baby de Malvinas Argentinas. El que le iba a insistir con cariño artesanal que también le pegara a la pelota con el pie izquierdo. Allí, sin siquiera soñarlo, comenzaría a fabricarse el título en el torneo Final 2013."Feliz de ser nuevamente jugador de Newell's!!!" Eso escribió Maxi en su cuenta de Twitter (@MR11ok) el 12 de julio de 2012, con tres signos de exclamación, afirmando la emoción y la felicidad que le provocaba volver a la Argentina después de más de una década. Volver..., volver a Rosario. Volver a Newell's en realidad. Eso era lo único que le importaba. "Todavía ni pienso en retirarme, pero siento que ya nada más lindo me puede pasar como futbolista. Coronar mi carrera con esto es lo que quería cuando tenía dos años, cuando el abuelo me enseñó a querer a Ñul", se emociona Maxi. Y dice Ñul, porque a veces corresponde decir Ñul.Desprovisto de arrogancia o divismo, ahora Maxi se acuerda del Chelo, del Paragua y de varios atorrantes más, amigos de siempre, de las inferiores de Newell's, cuando todos juntos frente a un televisor diminuto seguían los penales de Goyco en Italia 90, y le decían a la Fiera "mirá cuando te estemos alentando a vos". Y Maxi llegó a la selección, y fue a dos mundiales y hasta se ilusiona con Brasil 2014. Pero la cuenta interna era salir campeón con Newell's. "Esto no lo puedo comparar con nada. Es el club que amo, me pasaron muchas cosas acá... Es un sentimiento increíble. Se siente y punto", cuenta. Y no valen para él las comparaciones con la Intertoto con Atlético de Madrid, la FA Cup con Liverpool o el mismísimo Mundial Sub 20...

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