El soneto inédito de Baldomero Fernández Moreno dedicado a su amor secreto

Baldomero Fernández Moreno mantuvo la relación hasta su muerte, en 1950

A principios del 2000 recibí la llamada telefónica de una desconocida que dijo ser pariente de un viejo amigo, invitándome a visitarla en su casa.

- No piense mal -advirtió-; tengo 92 años y me muevo con dificultad.

Así fue como concurrí una tarde a su departamento del barrio de Almagro, en la avenida Rivadavia. Sara Cohan, antigua odontóloga jubilada, era efectivamente una anciana que vivía sola, rodeada de antiguos muebles, cuadros y libros. De entrada me informó que en los años 30 había comenzado una relación sentimental con el poeta Fernández Moreno, vínculo que se prolongó hasta la muerte de éste, en 1950.

-El poeta me escribió muchas cartas y poemas, algunos de estos últimos -no todos- figuran en un libro que editó Seix-Barral, integrado por dos poemarios: "Elegía de Alondra" y "Libro de Sara". Sara soy yo y Alondra otra mujer a la que también amó por fuera de su matrimonio. En lo que a mí respecta -continuó- cuando murió Baldomero, su hijo César, también poeta, que estaba al tanto de la relación que había tenido con su padre, me visitó para pedirme todo ese material porque dijo que quería publicarlo. Yo le entregué poesías y cartas, pero antes copié todo en un cuaderno y varias carpetas. Años después, Alfonsín nombró a César agregado cultural de nuestra embajada en París, donde murió. Antes le dio los poemas a su amigo Mario Benedetti, ya que éste era devoto admirador de la poesía de Baldomero. No sé cómo habrá obtenido las poesías dedicadas a Alondra; lo cierto es que Benedetti llevó a Seix-Barral una selección (sólo una selección) de los poemas dedicados a una y a otra. El libro apareció en 1998 con un extenso prólogo de Benedetti donde cuenta que César le entregó copias de los poemas a mí dedicados (no los manuscritos que yo le entregué. ¿Dónde estarán éstos? Si es que están…)

Finalmente, Sara Cohan me expresó su deseo de que el cuaderno y las carpetas estuvieran custodiadas en la Academia Argentina de Letras, de la que soy miembro, donde se encuentran actualmente a disposición de eventuales investigadores.

Visité varias veces a Sara Cohan y siempre insistió en que, pese a haber conocido a Fernández Moreno cuando era soltera, la relación más íntima con el poeta ocurrió después de haberse casado y enviudado.

Una tarde la acompañé a una librería en la que Mario Benedetti daba una conferencia. Cuando el acto concluyó, se aproximó al uruguayo y le dijo que ella...

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