Sindicalismo y Poder en Argentina.

AutorDaniel Parcero
CargoPeriodista

El sindicato es una institución de carácter reformista que tiene su origen dentro de los parámetros de legitimidad que le otorga el Estado burgués. Por lo tanto podrá tomar posiciones de mayor o menor representación, de acuerdo al grado de desarrollo de las relaciones sociales que se den los actores de la comunidad de la que forman parte, y de la conducta que sean capaces de mantener las conducciones obreras en el marco de las mismas, en relación a la clase que dicen representar. Las luchas sociales son el producto de las contradicciones emergentes en una sociedad. Por lo tanto las que impulsan los trabajadores organizados tienen por objeto superar aquellas diferencias sociales, para lo cual en el caso de una país semicolonial y dependiente como el nuestro, deben sumarle las referidas a la lucha por la liberación nacional y social pendiente. Esa lucha se expresa en consecuencia en el terreno económico, y siendo la economía la expresión de la política en otros términos, las luchas sindicales son parte de las luchas políticas y se entrelazan al conjunto de las tareas nacionales. De ahí que a lo largo de nuestra historia las fuerzas del trabajo hayan emprendido las batallas por sus reivindicaciones protagonizando ciclos en los que abrazan diferentes banderas. Serán anarquistas, socialistas, comunistas y peronistas.

Impulsarán diversos tipos de prácticas sindicales de acuerdo a tácticas y estrategias elaboradas frente a las realidades históricas planteadas. Abrazarán el foquismo, el terrorismo, el reformismo defensivo y de presión, y constituirán corrientes de carácter combativo y colaboracionistas paralelamente ante los poderes de turno. Se plantearán las necesidad de darse una organización política propia, y aceptarán mansamente reacomodarse en una revolucionaria estructura político partidaria de características policlasista y dinámica movimientista. Incursionarán el sindicalismo de Estado, y dentro de los márgenes permitidos por el sistema, también el sindicalismo de Estado frente al poder.

Es así que el propio desarrollo político de los acontecimientos históricos impacta sobre la clase trabajadora, sobre como los restantes actores sociales de la sociedad, obligando independientemente a unos y otros a plantearse determinados giros en sus luchas, como parte de la dinámica propia de la existencia incuestionable de la lucha de clases.

Sindicalismo y clase trabajadora

¿Qué respuestas brinda el sindicalismo argentino frente al padecimiento de sus representados, incluyendo a quienes han decidido delegar su representación por no sentirse contenidos para lograr sumarlos en una estrategia de poder colectivo, avanzando más allá de los estrictamente enunciativo o el asentimiento?. ¿Alcanza con reubicarse en las esferas del poder, o disputarse espacios en ciertos niveles de él ya sea para asentir o discernir? ¿La vieja táctica de presionar y negociar, mantiene alguna vigencia? ¿Superarse dialéctica y prácticamente implica renunciar al pasado incorporándose al modelo de quienes no han renunciado jamás al propio, o requiere de encontrar una síntesis que arranque por nuestra cuestión nacional irresuelta y nos reubique frente a las nuevas realidades del proceso productivo, lo que indica no acceder a sus imposiciones y modalidades de trabajo?. ¿Cuáles son las actuales exigencias?

Respuestas que exigen encontrarse el tiempo y lugar para ejercitar el debate más allá de la coyuntura y la disputa del poder de forma. Nada pasa por amenazar infantilmente con pretender acabar con la burocracia sindical, ni desestimar la acción negociadora defensiva oportunista o...

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