El silencio frente al trabajo

• Autor: Gilda Paula Haegg

“En un mundo sin alma, no existen los pueblos, sino los mercados; no existe la persona, sino los consumidores; no existen las ciudades, sino las aglomeraciones.”

Adolfo Pérez Esquivel (nacido en 1931), escultor y arquitecto Argentino, Premio Nobel de la Paz 1980, Defensor de los Derechos Humanos.

¿Quien no ha callado ante distintas injusticias en un empleo y este silencio… se ha traducido en un grito desgarrador del alma?

Sabemos que el trabajo es un hecho social con sentido ecuménico. Quienes restringen o limitan mediante el abuso este acto primordial y estrictamente humano no sólo coactan la satisfacción de necesidades para la subsistencia, sino simplemente el desarrollo de toda la humanidad.

Es moneda corriente escuchar distintas historias del ámbito trabajo, en cuanto a las desdichas de trabajadores que por miedo a perder su fuente de trabajo se sumergen en un mundo de autoritarismo y son victimas de abusos; esta es la principal manifestación de hipo/suficiencia frente al empleador, la diferencia se vislumbra en el respectivo vinculo des/igual empleador – trabajador. Es recurrente el tema por el cual trabajadores se hallan a merced de inescrupulosos empleadores que, especialmente en épocas de crisis, utilizan los silencios para encubrir que la triste realidad de que en los tiempos que corren sólo algunos ganan y los beneficios son únicamente para las minorías representantes de las altas esferas del trabajo, olvidando que pueden y deben instaurar políticas que se inclinen a la justicia social, sin ella nos encontramos en un laberinto de incertidumbre.

El sólo hecho de que la relación trabajo esté constituida por humanos, nos hace reflexionar que, es una realidad la desigualdad, pero también es real que la sociedad tiene sus bases originarias en la solidaridad, y es imposible pensar cualquier manifestación humana...