Lanús sigue a mitad de camino

Lanús es un buen equipo. Sigue siendo un buen equipo. Sin embargo, en este momento del camino, a poco de terminar la aventura, no se decide. No se sabe para qué está. Si da el salto o si se queda aquí. Por ahora, está a mitad de camino. El 0 a 0 de anoche contra Tigre, en Victoria, provoca esa sensación ambigua: no gana ni pierde. Empata, casi, casi, la nada misma en esta parte final. "Al final del torneo vamos a saber si este punto sirve o no", explica Guillermo Barros Schelotto, el creador de este equipo aceptable, pero al que le falta rebeldía y picardía, dos virtudes que el Mellizo tenía de sobra cuando jugaba. Los empates de Newell's, primero, y de River, luego, mantienen todo en el mismo sitio. Lanús sigue como perseguidor. Lo que no es poco, claro.Luego de una aceptable primera mitad, se cayó en la parte final como si fuese un principiante. Es cierto, tuvo un par de situaciones, sobre todo con Regueiro, y siempre Albil estuvo a tono con su seguridad. Es un candidato, sí. Pero un candidato que no termina de afirmarse.En final pudo perderlo. El gran zurdazo de Pérez García chocó contra un palo. Hasta Albil, en la otra frontera, lo gritó con alma y vida. No fue gol, claro. Resultó la última imagen de un 0 a 0 con matices. Pudo ganarlo Lanús, pudo quedárselo Tigre. No fue para ninguno.La primera parte reflejó la timidez de Lanús por avanzar y la quietud exagerada de Tigre. El equipo granate, con necesidades ambiciosas, tuvo el control del juego con un par de buenas llegadas y el entusiasmo general, pero en pocos instantes le agregó vértigo o profundidad a su intención. Quería ganar, es cierto, pero nunca lo pasó por arriba a su adversario. Albil le contuvo un mano a mano a González, que no capitalizó una gran acción de Romero por el sector derecho. Tigre, a pesar de jugar en Victoria, con mayoría de sus hinchas, tuvo una actitud pasiva, como si todavía siguiese el golpe por la eliminación copera, sumergido en la marcha intrascendente en el torneo doméstico.A medida que transcurrieron los minutos, Lanús expuso un protagonismo mayor y Tigre, agazapado, espió el panorama con veloces contraataques por las bandas. Ni uno ni otro, sin embargo, tuvieron picardía y reacción en los metros finales, allí donde se definen los encuentros. Albil tuvo una noche iluminada: no sólo atajó, también se disfrazó de líbero frente a la lentitud de los zagueros. Marchesín, en cambio, mantuvo por lo general una tarea sin esfuerzos.El ingreso de Chávez le dio mayor impulso al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR