Del sello de los grandes a la ilusión de los desafiantes

NUEVA YORK.– Entre la vigencia y la posibilidad de sorprender, el US Open se apresta a vivir unas semifinales singulares. Por un lado, los candidatos de siempre, los que ya están acostumbrados al vértigo de las grandes citas; por el otro, los desafiantes que se abrieron paso en la Gran Manzana y sueñan a lo grande. De un lado, Novak Djokovic y Roger Federer; enfrente, Kei Nishikori y Marin Cilic. Ellos cuatro animarán hoy, desde las 13 de nuestro país, los cruces que definirán los finalistas del último Grand Slam de la temporada.Las distancias son importantes: Federer (17) y Djokovic (7) totalizan 24 títulos de Grand Slam, más 15 finales (8 perdidas por el suizo; 7 del serbio) entre ambos. Nishikori jugará su primera semifinal en un torneo de esta trascendencia, y Cilic regresa a esta instancia cuatro años después de su única incursión previa (Australia 2010). Si la lógica se impone, este US Open tendrá la final que todos aguardaban desde hace un par de semanas, con Djokovic y Federer frente a frente. Tal como sucedió en Wimbledon, hace un par de meses, con una situación similar, ya que en las semis estaban los ascendentes Grigor Dimitrov y Milos Raonic. Así, cualquier resultado que no implique una final entre Roger y Nole, será sorpresivo; no porque Nishikori (11º del mundo) y Cilic (16º) no tengan el tenis para imponerse, sino porque, desde hace años, el suizo y el serbio han sido protagonistas constantes en estas etapas.Federer conoce como nadie lo que significa ganar en Nueva York: fue campeón aquí cinco años consecutivos, hasta que Juan Martín del Potro cortó su serie en 2009. Y desde entonces, nunca pudo volver a la final. Anteanoche, escapó a la eliminación por pocos centímetros. Gaël Monfils tuvo dos match-points (Federer sacó 4-5 y 15-40 en el 4º set) para dar el gran golpe del torneo, pero falló un passing, primero, y luego Federer acertó un derechazo al rincón; desde entonces, el francés se derrumbó. El suizo, al final, se impuso por 4-6, 3-6, 6-4, 7-5 y 6-2, en una noche en la que tuvo en vilo a miles de personas en el Arthur Ashe, pero que terminó con un festejo épico, acorde con su estatura de leyenda. Ganar en cinco sets tras perder los dos primeros es muy difícil; lograrlo nueve veces es más complicado todavía, y más aún con 33 años, pero el talento y la mentalidad ganadora de Federer lo hicieron posible. "Es increíble ganar partidos como este en un Grand Slam; tengo muchos triunfos, pero ganar así, salvando match-points, en este escenario...

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