El seleccionado olímpico lucha contra el abandono

Crece la sensación de descuido y desamparo alrededor del seleccionado. Cuando faltan 34 días para el debut de la Argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sobran incógnitas. No hay equipo, porque faltan jugadores. No hay respaldo, porque faltan interlocutores dirigenciales válidos para acompañar la tarea de Gerardo Martino. No hay fondos, porque falta dinero para asegurar los movimientos elementales de un equipo de elite. Los seleccionados juveniles ya estaban abandonados en la desidia. Las postergaciones, que responden a un corrosivo cóctel de incompetencias, desinterés y egoísmos en la AFA, hace meses que atacan a la mayor. Hasta tomarla como rehén. A nadie le importa la selección olímpica, pero en algo más de un mes se le exigirá la medalla dorada en el Maracaná. Rasgarse las vestiduras, después, será puro maquillaje.

Sin jugadores. La Argentina debía comenzar los entrenamientos el próximo lunes, a las 15, en Ezeiza, pero se aplazaron las prácticas exactamente una semana. La nueva fecha es el 11 de julio. ¿La razón de la postergación? Ganar tiempo para insistir ante los clubes y conseguir la liberación de los jugadores que Martino incluye en su plan A. Plan, por cierto, que desde antes de la Copa América el DT sabe que no contará con el crack: Juventus no liberó a Paulo Dybala. No era lógico ni prolijo comenzar los ensayos con nueve futbolistas, por ahora los únicos confirmados: Gerónimo Rulli (Real Sociedad), Jonathan Silva (Sporting de Lisboa), José Luis Gómez (Lanús), Mauricio Martínez (Unión), Giovani Lo Celso (Rosario Central), Leandro Paredes (Empoli), Cristian Espinoza (Huracán), Ángel Correa (Atlético de Madrid) y Emanuel Mammana. Aunque con el defensor saltaron imprevistas dudas, porque el acuerdo de cesión se había logrado con River, pero la venta a Lyon podría modificar el escenario ya que Bruno Génésio, el técnico francés, lo querría cuanto antes.

Muchos nombres siguen en un compás de negociación. Se teme un efecto cascada, por cierto con cobertura reglamentaria para los clubes porque no están obligados a ceder a sus futbolistas. Por ejemplo, Inter no cederá a Mauro Icardi. Hubo contactos y gestiones, pero el club italiano no lo liberará. Quedaría una carta a jugar por el propio Icardi: su insistencia, que se plante así como lo hizo Messi en Barcelona para no perderse Pekín 2008. El N°9 es una intriga: Edgardo Bauza ya adelantó que no soltará a Calleri hasta que San Pablo finalice su participación en la...

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