Secretos en la galería: grandes éxitos de los 20 años de Maman Fine Art

"Asesinato de J.F. Kennedy Acto II", una obra de Alberto Greco de 1964 entre los "greatest hits" de la galería Maman

En la oficina del enorme local sobre Avenida del Libertador, Daniel Maman y su pareja, Patricia Pacino, se superponen tratando de explicar una joya inédita de la galería: una carta de Milan Kundera excusándose de participar en la inauguración de Gustavo Charif, uno de los primeros artistas que exhibieron en la galería y que ahora vive en Singapur. Charif había ilustrado un libro escrito en conjunto por Kundera y el patafísico Fernando Arrabal ( Dos Cartas ) y Maman, un marchand sui generis que se inventó a sí mismo vendiendo a domicilio obras de Juan Carlos Castagnino, quiso que tanto Arrabal como el novelista checo-francés participaran de la inauguración. Kundera le escribió diciéndole que tenía un problema en el oído, pero Maman pudo saber que la auténtica razón de su ausencia era una fobia extrema a los vuelos largos. De esto hace veinte años y como celebración Pacino ha dispuesto una serie de muestras con lo mejor de la trastienda de la galería.

En estas dos décadas Maman ha extendido su influencia al Art District de Miami aunque sigue considerándose un marginado por el establishment del mercado del arte argentino. Su modus operandi es singular: ha ido en busca de artistas calidad museo para ofrecerles una suerte de compra mayorista de sus obras como en el caso de Luis Wells, pionero del informalismo. La estrategia beneficia en el corto plazo a los artistas que podrían tardar años en vender sus cuadros aunque también ha tenido claroscuros como un litigio con el grupo Mondongo. Lo que sigue es la trastienda de la trastienda : historias por detrás de joyas que se ven en la muestra aniversario Colectivo y singular 4 y cómo esos artistas llegaron a esta galería fundada en la peor crisis económica de la Argentina.

Alberto Greco ( Asesinato de J. F. Kennedy Acto II , 1964)

Daniel Maman: -Cuando supe que estaba a la venta me volví loco. La habían sacado a remate en Madrid y la compré por teléfono después de verla en el catálogo. Fue en el año 99 o 2000. El políptico lo desarmaron y se vendía cada parte en forma individual: cada una que compraba me subían el precio. Antes de ofertar, yo le había pedido que fuera a ver la obra a Kiko Rivas, quien fue amigo de Greco y montó la muestra en el IVAM de Valencia con la que fue redescubierto. Era la persona que más sabía y él escribió de puño y letra un certificado de autenticidad que...

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