Santuarios digitales

Es curioso el modo en que, a veces, nos despedimos hoy de nuestros muertos. Ocurrido ese fatídico momento, antes regresábamos a ellos con un gesto de recogimiento orando frente a sus sepulcros o ante una fotografía que los evocaba. A veces, inclusive, musitábamos algunas palabras pretendiendo hablar con ellos en el vano afán de retenerlos un tiempo más entre nosotros. Pero esa rara intimidad ha cambiado en nuestras vidas con la llegada de las redes sociales.

Un amigo me advierte cómo en las últimas horas numerosas personas publicaron mensajes de afecto sincero en los perfiles de Facebook de algunas de las víctimas de la tragedia de Mendoza, santuarios digitales en los que se les rindió tributo. Entre ellas aparece el padre de una de las víctimas, cuya hija había...