Sanear y profesionalizar la agencia, objetivo de Macri

Mauricio Macri llegaba a la Casa Rosada para recibir los atributos presidenciales escoltado por el cuerpo de Granaderos a Caballo. Era el mediodía del 10 de diciembre y cientos de personas celebraban en la histórica Plaza de Mayo. La ex presidenta Cristina Kirchner, que no participó del acto, iba camino del aeroparque metropolitano para regresar a Río Gallegos. En ese momento, a menos de 100 metros de donde estaba el Presidente, y casi sin testigos, 120 militantes kirchneristas firmaban su ingreso a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI).

"Volaron todos", dijeron a LA NACION fuentes de la administración nacional. En el "todos", además de los 120 que ingresaron durante el interinato presidencial de Federico Pinedo, están incluidos otros 430. Todos militantes de varias organizaciones políticas, como La Cámpora y el Movimiento Evita, según informó este medio en febrero de 2015.

La incorporación de los partidarios del kirchnerismo más radical a las filas de la ex Secretaría de Inteligencia fue parte de la mentada "democratización" de los servicios de espionaje que había prometido Cristina Kirchner. Nada de eso sucedió. La ex Secretaría de Inteligencia cumplía con rigurosidad, fundamentalmente, una función: espiar a políticos, empresarios y periodistas.

Hoy se encuentra en un intenso proceso de metamorfosis. El objetivo que declara la nueva conducción es el de "profesionalizar" y "revalorizar" a los 1760 agentes que conforman la agencia. Para llevar adelante esa tarea Macri eligió a un amigo de extrema confianza, Gustavo Arribas, el "Señor Cinco", y a Silvia Majdalani, la "Señora Ocho".

Además de los militantes, el problema de fondo con el que tuvieron que lidiar desde el comienzo fue que se encontraron con una estructura "relajada". Por ejemplo, había analistas con 20 años de experiencia que se encontraban en tareas menores, como la confección del resumen con las principales noticias de los medios que se entregan todos los días.

Macri quiere que la AFI tenga como principal tarea la lucha contra el narcotráfico, una de sus promesas de campaña. En eso trabajan el actual jefe de inteligencia y Majdalani -la ex diputada había integrado la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia-, que se esfuerzan por demostrar que trabajan en conjunto, toda una rareza en "la Casa", como se conoce a la sede de inteligencia.

"Tengo suerte de que me haya tocado un director como Gustavo (Arribas). Lo siento como un amigo"...

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