Salir de la zona de confort

Soledad todavía se sorprende de que la reconozcan por la calle después de aparecer en un programa de televisión en el prime time, o que colegas como Carlos Santana quieran participar en su último disco, Vivir es hoy.

"No sé qué imagen tienen de mí, pero tampoco es que descubrí la pólvora", dice con esa extraña frescura y sinceridad, tan difícil de encontrar en el ambiente de la industria musical al que ingresó como un rayo, todavía adolescente, cuando vendió un millón y medio de discos con su álbum debut, Poncho al viento.

Muy atrás quedó esa Soledad joven, que revoleaba el poncho y que se escudaba detrás de la tradición del género folklórico. La Soledad del presente coquetea con la fusión y con las nuevas herramientas tecnológicas y plantea la necesidad de escribir sus propias canciones. "Me descubro mucho más en esa libertad de experimentar con la música que en lo que supongo me han hecho creer que es lo correcto y que es en donde tengo que estar. Nací en un género, tocándolo de determinada manera y eso fue muy fuerte. Pero la gente ya me reconoce como La Sole y quiero jugar con eso. Quiero divertirme y hacer lo que tengo ganas", desliza.

Atrás quedó el fenómeno y nació la artista, que busca ambientes musicales diferentes. El año pasado junto a Lila Downs y la Niña Pastori lanzó Raíz, con el que obtuvieron el Grammy Latino al mejor álbum folklórico). "Siempre fui una gran seguidora de Lila Downs y me gusta ese desparpajo que tiene para decidir de repente poner un tema bien clásico de su región, un tema propio o una cumbia. A mí me pasa eso también".

En su último disco, Vivir es hoy, que presentará el 29 y 30 de mayo en el teatro Ópera, se siente libre de incorporar un clásico del chamamé como "Cielo de mantilla", de Teresa Parodi, que le queda de maravilla junto a una versión de "Aleluya", uno de los emblemáticos versos de Leonard Cohen, o un vallenato compuesto y cantado a dúo con el colombiano Carlos Vives. "Soy una persona que está a la búsqueda. Tengo un gusto musical muy amplio y creo que artísticamente puedo abarcar muchos estilos. Si volvemos atrás en el camino obviamente para mí eso era más difícil. Pero hoy la gente incluso siento que me da más libertad, porque ya no sólo me siguen los aficionados al folklore. Soy una mezcla de cosas. Soy «Un cielo de mantilla» y soy El Bahiano, por poner dos extremos. Lo que quiero lograr es que en mis discos conviva todo eso. Puedo equivocarme, me puede salir horrible, o me puede salir genial...

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