El rojo del Estado no para de crecer: $ 81.000 millones en el primer cuatrimestre

El Gobierno profundizó su descontrol fiscal al registrar un déficit primario de $ 17.949,1 millones en abril pasado, frente al superávit de $ 671,7 millones de un año atrás. Igual de impactante es que el resultado fue causado por una suba del gasto público de 45% en el mismo período.

El Ministerio de Economía difundió la información casi sobre el filo de la medianoche del miércoles, de modo de no arruinar la "buena noticia" que la AFIP había brindado horas antes con la recaudación de junio, que mostró un alza de 39% interanual. Pero más allá de este detalle, las cifras de la planilla de la Secretaría de Hacienda resultaron contundentes: en términos financieros (incluyendo el pago de intereses de la deuda), el déficit fue de $ 24.103 millones, frente a $ 4276 millones de abril de 2014. Así, el déficit global se multiplicó casi por seis.

La suba de 45% en el gasto primario se ubicó por encima del promedio de 41% del primer cuatrimestre, y 20 puntos arriba del alza de los ingresos. A diferencia de otros meses, fue menor el impacto de las rentas de la propiedad (aportes del Banco Central, la Anses y otros organismos), ya que sumaron $ 2827 millones, frente a $ 4949 millones aportados al Tesoro en abril de 2014.

La consultora Ledesma subrayó que en los primeros cuatro meses del año los recursos totales -incluyendo utilidades del Banco Central y el Fondo de Garantía de la Anses- crecieron 21,2%, por lo que se agudizó la brecha en las cuentas públicas.

Y aunque una de las tareas favoritas del ministro de Economía, Axel Kicillof, es cuestionar el rigor de las cifras del sector privado, cabe recordar que el Gobierno proyectó para este año en el presupuesto un superávit primario de 1% del PBI, frente al déficit de 1% registrado en 2014 (sin contabilizar los fondos del BCRA y la Anses). Pero hasta ahora los resultados vienen demostrando lo contrario. Por esta razón, los analistas consultados por LA NACION ratificaron ayer que 2015 terminará con un déficit primario de 5 a 6% del PBI y uno financiero en torno de 8%, lo que implicará un importante desafío para el gobierno que asuma en diciembre. Sobre todo, en un contexto marcado por la escasez de fondos que el BCRA ya no le puede girar al Tesoro, las altas tasas de interés que éste debe pagar en el mercado y ante la mirada escéptica de los operadores por lo que pueda hacer el próximo presidente para corregir los desequilibrios actuales.

En este sentido, el analista Martín Polo, de Analytica, detalló que...

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