¿Ringo Starr está vivo?

-Yo prefiero que te vayas primero -la dice la suegra de Barclays a su esposo.

La suegra tiene sesenta y seis años, su esposo ha cumplido setenta y seis.

Lo que ha querido decirle es:

-Yo prefiero que mueras antes de que yo muera.

Luego la suegra argumenta su preferencia mortuoria:

-No podrías vivir sin mí. Si me voy primero, no aguantarías la pena.

Después de dos años sin visitar Miami debido a la pandemia, los suegros de Barclays han llegado a esa ciudad. Barclays les paga todo: los boletos aéreos, el hotel, el auto, los gastos para sus compras.

Barclays quiere a su madre, pero la quiere más cuando está lejos, a cinco horas en avión. Barclays quiere a sus suegros, pero ciertamente los quiere más cuando hay distanciamiento social, tan conveniente, y no pueden viajar, y por consiguiente están lejos, a cinco horas en avión.

Pero ahora los suegros, ya vacunados, están de regreso, y Barclays y su esposa almuerzan con ellos todas las tardes y cenan con ellos todos los fines de semana y, sin decir una palabra, quizás extrañan los tiempos del distanciamiento social, cuando los suegros no llegaban de visita y se asomaban de vez en cuando en la pantalla del ordenador.

La suegra está jubilada y no hace nada. El suegro está jubilado y no hace nada. Quisieran quedarse en Miami tres meses, pero se quedarán tres semanas.

El suegro es tranquilo y juicioso para conversar. Pero la suegra es intranquila, inquieta, atropellada. Es famosa por hacer preguntas insólitas y cambiar de tema bruscamente, desconcertando a los Barclays, que no consiguen entender el hilo racional de sus inquisiciones y observaciones. Por ejemplo, cuando están hablando de los espesos asuntos políticos, la suegra le dispara a su esposo, a quemarropa:

-Yo prefiero que te vayas primero.

La suegra quería comprarse un apartamento el año pasado, en medio de la pandemia, con el dinero de su hija, Silvia Barclays, pero Silvia le dijo no, mamá, te quedas viviendo donde estás, no quiero que uses mi plata para comprarte un departamento que en realidad no necesitas y es un capricho tuyo.

Ahora, hablando de la crisis política en su país, de los miles de millones de dólares que los ahorristas han enviado a bancos extranjeros, temerosos del gobierno de izquierda que amenaza con destruir la economía, contagiados de una cierta resignación y una creciente desesperanza, sin ganas los Barclays de volver a la ciudad en que nacieron, la suegra dispara una de sus clásicas preguntas impredecibles:

-¿Han visto...

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