El 'remedio' de Cristina

"A veces debemos tragar un remedio (el blanqueo) que no nos gusta tanto."(Del diputado kirchnerista Héctor Recalde.)T antos años de dosis altas hacen estragos. Es que no a todos les cae bien el mismo medicamento. Si a Néstor le hacía efecto cierta dosis de sulfato de hierro para imponer su voluntad, a Cristina esa prescripción acaba de sacarla de quicio, "sulfurándola" en público contra los que cree que no la defienden. Si al ex presidente le sentaba una pócima diaria de calcio para no fisurar más al peronismo, Cristina terminó calcificando al histórico movimiento en el cristal de La Cámpora, el único espejo que hoy le devuelve la imagen que quiere ver.Si la automedicación política es peligrosa, la sobredosificación nos planta al borde del abismo.Cristina debería leer el prospecto con atención. El "remedio de la democracia" promete una "acción terapéutica" saludable, pero está visto que ella la entiende hipnótica y se dedica a soñar hasta dónde puede forzarla para garantizarse un poder compacto, sin "efectos secundarios". La manipulación de la Justicia está expresamente prohibida en las "precauciones" del medicamento. El prospecto democrático advierte sobre los costos de tensar la cuerda de las instituciones, de convertirlas en elásticos cuyos latigazos terminen agrandando los surcos...

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