La resurrección de la reina que no gobierna

Esta semana hay una sola mala noticia, y es que la semana se termina. ¡Me niego! Quiero que la buena onda no se acabe. Dicen que Dios aprieta pero no ahorca. A nosotros nos había dejado casi sin aire después de las elecciones, y de pronto llegó esta resurrección política que nos pone otra vez de cara a las grandes ligas. La única macana es que las cosas, por pura casualidad, empezaron a funcionar bien justo cuando la señora decidió dejar el http://www.lanacion.com.ar/1642186-jorge-capitanich-debuta-en-el-congreso-como-jefe-de-gabinete-de-cristina-kirchner. Insisto, es una mera coincidencia, pero no van a faltar los cretinos que digan que renacimos gracias a que ella decidió reinar y no gobernar.El lunes, mientras todos estaban en la playa, anudábamos el histórico http://www.lanacion.com.ar/1643034-el-gobierno-quiere-cerrar-el-acuerdo-con-repsol-por-ypf-antes-de-fin-de-ano. La verdad, yo me había olvidado totalmente de este tema. Tan colgado estaba que me había quedado con aquellas imágenes de la Gendarmería echando a patadas a los de Repsol de la torre de Puerto Madero; tratándolos como delincuentes, porque de eso los acusamos: de vaciar la empresa, de destruirla. Me había quedado con las feroces críticas de Cristina al promulgar la ley de expropiación; con la defensa de esa ley que hizo Kicillof en el Congreso con un extraordinario discurso, en el que nos demostró y le demostró al mundo que Repsol era la peor lacra. Y me había quedado, sobre todo, con la promesa de mi gobierno de que nunca jamás les pagaríamos un peso a esos bastardos, y que eran ellos los que iban a tener que resarcir a la Argentina.Fíjense qué desactualizado estaba. Parece que en todo este tiempo pasó mucho petróleo debajo del puente, porque hasta el propio Kicillof, el incombustible Kichi, le puso muy sonriente su firma al acuerdo por el cual nos comprometemos a pagarles 5000 millones de dólares. Ya había sonreído también cuando nos asociamos con Chevron, porque Kichi ha aprendido de los Kirchner que no se puede hacer una revolución sin dólares. Divisa mata ideología, reconoce en voz baja el flamante ministro.Despistado como soy, pregunté a mis amigos de La Cámpora por qué teníamos que pagar por algo que es nuestro, y nada menos que a tipos que nos habían querido robar. Me contestaron que les pagamos con la condición de que prometan que no van a volver a intentarlo. También pregunté con qué plata íbamos a pagar. "Cinco lucas es mucho", dije. "Carlitos, Carlitos -me frenaron-. Firmamos...

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