Hasta pronto-Maestro!

Hace tiempo que sabíamos que su salud no era buena. Sin embargo, su ejemplo de militante infatigable nos daba aliento para seguir esperanzados.

Hoy haremos un alto, para leer y releer sus poemas, sus ensayos, alguna novela o un cuento, que nos permita comunicarnos con él.

Se dirá que fue una de las figuras más relevantes y queridas de las letras de Iberoamérica. Que suobra de poeta, novelista, dramaturgo, ensayista y periodista, ocupará un lugar central en la cultura latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX, y comienzos del XXI. Que, reunió en su vida el amor por las letras con un compromiso humano, social y político que nunca abandonó y que le significó años de exilio. Todo es cierto. Y hay muchas cosas que ahora cuesta decir-

Aunque íntimamente, para nosotros, será el Maestro. Quien hizo de este mundo un lugar un poco menos inhóspito y quien en los momentos más terribles de desasosiego y derrota, supo explicarnos-porqué cantamos.

Corrientes, 17.05.2009, H. H. Boleso

Por qué cantamos

Mario Benedetti

Escritor y poeta uruguayo integrante de la Generación del 45, a la que pertenecen también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros.

Si cada hora vino con su muerte,

si el tiempo era una cueva de ladrones,

los aires ya no son tan buenos aires,

la vida nada más que un blanco móvil

y usted preguntará por qué cantamos...

Si los nuestros quedaron sin abrazo,

la patria casi muerta de tristeza,

y el corazón del hombre se hizo añicos

antes de que estallara la vergüenza

Usted preguntará por qué cantamos...

Cantamos porque el río está sonando,

y cuando el río suena suena el río.

Cantamos porque el cruel no tiene nombre

y en cambio tiene nombre su destino.

Cantamos porque el niño y porque todo

y porque algún futuro y porque el pueblo.

Cantamos porque los sobrevivientes

y nuestros muertos quieren que cantemos.

Si fuimos lejos como un horizonte,

si aquí quedaron árboles y cielo,

si cada noche siempre era una ausencia

y cada despertar un desencuentro

Usted preguntará por qué cantamos...

Cantamos porque el grito no es bastante

y no es bastante el llanto, ni la bronca.

Cantamos porque creemos en la gente

y porque venceremos la derrota.

Cantamos porque el Sol nos reconoce

y porque el campo huele a primavera

y porque en este tallo, en aquel fruto

cada pregunta tiene su respuesta

Cantamos porque llueve sobre el surco

y somos militantes de la Vida

y porque no podemos, ni queremos

dejar que la canción se haga cenizas.

Canciones del desexilio, 1983

Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Uruguay. Falleció el 17 de Mayo de 2009. Fue hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farugia, quienes lo bautizaron con cinco nombres, siguiendo sus costumbres italianas.

Residió en Paso de los Toros junto a su familia durante sus primeros dos años de edad, para luego trasladarse con ellos a Tacuarembó por asuntos de negocios. Luego de una fallida estadía en ese sitio (donde fueron víctimas de una estafa), la familia se trasladó a Montevideo, cuando Mario Benedetti tenía cuatro años de edad. En 1928 inicia sus estudios primarios en el Colegio Alemán de Montevideo, de donde es retirado en 1933. En consecuencia, ingresa al Liceo Miranda por un año. En 1934 hace ingreso a la Escuela Raumsólica de Logosofía. Sus estudios secundarios los realizó de manera incompleta en 1935, en el Liceo Miranda, para continuar de manera libre, por problemas económicos. Desde los catorce años trabajó en la empresa Will L. Smith, S.A., repuestos para automóviles.

Entre 1938 a 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires, Argentina.

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