El progreso nuestro de cada día

PARIS .- ¿La satisfacción que procura progresar en el trabajo es un sentimiento inherente a la naturaleza humana o, simplemente, un eco de las felicitaciones escolares escritas en el boletín: "¡Muy bien. Ha progresado!"? Dejemos que los psicoanalistas respondan.En todo caso, progresar en el medio laboral es tan indispensable como el aire que se respira. No necesariamente progresar subiendo en grado. Me refiero a progresar en conocimientos y responsabilidades, en darse cuenta de que uno es capaz de cumplir tareas cada vez más complejas o novedosas.La última publicación del "barómetro del bienestar (o malestar) en el trabajo" acaba de confirmar esta teoría, estima su autor, Victor Waknine, fundador y gerente de la empresa británica Mozart Consulting. Entre paréntesis, el estudio no constituye un sondeo más, sino un análisis estadístico elaborado a partir de la base de datos de la OMS y diversos organismos europeos.El barómetro parte del principio según el cual la percepción del hombre moderno es la siguiente: "Si estoy bien en el trabajo, existo". Waknine califica y clasifica los distintos grados de bienestar, analizando los porcentajes de ausentismo, rupturas de contrato, despidos, etcétera.Según el estudio, el clima es globalmente mejor en las empresas industriales que en las sociedades de servicios. A pesar de las amenazas que pesan sobre el sector manufacturero en estas épocas de crisis, los riesgos de deslocalización y los niveles de salarios generalmente más bajos, sus empleados se sienten más a gusto que aquellos...

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