Prisionero de los dolores y de un rival implacable

BELGRADO (De un enviado especial).? La sombra de Novak Djokovic se alargó sobre la semifinal entre la Argentina y Serbia desde varias semanas antes. Su fantástica temporada asomaba como un presagio inquietante para la suerte argentina en Belgrado. Pero, al mismo tiempo, también se encendían las alarmas sobre su respuesta física, a partir de un estilo de juego con un altísimo grado de intensidad. Era evidente que el US Open, con semifinales y final demoradas, podía pasarle una factura carísima. Algo de eso se vio en la final contra Nadal, cuando recibió atención médica.Desde que llegó a su ciudad, Djokovic advirtió que jugaría, a pesar de las dudas. Pero recién completó un entrenamiento el sábado por la tarde, después del encuentro de dobles que ganaron Troicki y Zimonjic, y se prendió en un peloteo fuerte con Tipsarevic. En el campamento argentino estaba la plena seguridad de que Djokovic iba a jugar. "¿Qué lesión? Se entrenó y peloteó, y no tenía ninguna obligación de hacerlo. Olvidate, va a entrar", señaló una fuente del cuerpo técnico. En Serbia no parecían tener tan claro el panorama. Según se supo, la solidez que mostró Del Potro frente a Tipsarevic el viernes motivó el debate. En el seno del conjunto local, la idea original era tratar de dejar descansar a Nole. Pero todo cambió con el 0-2 del viernes. Y el domingo por la mañana, hubo una reunión. "Sabía que...

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