'Pensé que con su fuerza me iba a matar en el baño; no quería morir ahí'

María Eugenia Belén Torres cruzó la puerta de los tribunales de . Estaba tensa. En pocos minutos tenía que declarar contra su agresor, , que dos años atrás le había dado una brutal golpiza en su departamento en Palermo. Mientras ella esperaba, Billiris salió de la audiencia, en la que se lo juzga por ese ataque. Escoltado por dos agentes del Servicio Penitenciario, caminó por el pasillo y Belén, que no esperaba cruzarse con él, lo vio. Su rostro se desarmó de dolor. No lo veía desde ese 30 de enero de 2017, la noche que Billiris la atacó. El imputado continuó su andar a paso tranquilo."Me quedé dura. Lo seguí con la mirada. Era él. Ahí me agarró la locura, me largué a llorar", contó Belén a LA NACION en el comedor de su casa en La Tablada, en el oeste del Gran Buenos Aires. Días atrás, la Cámara Criminal y Correccional Federal confirmó el procesamiento con prisión preventiva del anestesista en una causa en la que está imputado de suministrar drogas a quien era su novia, entre 2013 y 2014, a la vez que está siendo sometido a juicio oral por la golpiza que le dio a Belén. La sentencia se espera para mediados del mes próximo.Después de declarar ante el tribunal, Belén dijo que "se sacó una mochila de encima". Las pulsaciones bajaron y su mirada se serenó. Entre los malos recuerdos, se anima a sonreír. Dijo que cuando se despertó en el hospital tenía sentado en su cama a Fernando Burlando, hoy su abogado, esperando para que le contara lo que le había sucedido.El 30 de enero de 2017, Belén fue a la casa de Billiris -hoy detenido en el penal de Ezeiza-, porque habían entablado una relación laboral. Billiris llevaba una vida de adicción a las drogas mientras atendía en el Hospital Militar. Según Belén, vivía consumiendo crack. "Siempre estaba drogado, nunca lo vi sobrio. Antes de irse a trabajar se drogaba, iba a operar y se drogaba. Un desquiciado", relató la joven a LA NACION.Dijo que la noche de la golpiza él le pidió que le cuidara su casa y que regresó tarde, a eso de las 2 de la mañana. "Llegó y agarró una piedrita [de cocaína] y la quemó. Ahí me dijo que fume. Cuando aspiré me tapó con su mano la nariz y la boca; me agarró taquicardia y empecé a pedirle ayuda porque pensé que me iba a morir. Me acosté en la cama y él se acostó al...

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