'Pasaron 37 años y sigo en terapia': los hijos que viven un doble drama porque sus padres asesinaron a sus madres

Flavia Marengo muestra una foto de su madre Angélica Estela Reales, que fue asesinada por su esposo, en 1985

Flavia Marengo tenía nueve años cuando vio a su madre muerta en el baño de su casa en Morón , luego de que su padre la asesinara de varias puñaladas, el 4 de febrero de 1985. Osvaldo, marido de la víctima, se entregó: "Me mandé una cagada", le dijo a sus familiares.

No solo terminó con la vida de Angélica Estela Reales a sus 35 años. También dejó sin madre a tres chicos menores de edad, que quedaron a cargo de sus abuelos. "Nos criaron a mis hermanos y a mí mientras atravesaban el duelo de la muerte de su hija", señaló Flavia a LA NACION .

Cuando su madre fue asesinada, aún no existían las leyes con perspectiva de género ni las estadísticas que desde 2014 visibilizan los femicidios en la Argentina. Hoy, con el avance de las normativas, los datos muestran que en el país 1433 niños y adolescentes estaban a cargo de las víctimas de femicidios ocurridos entre 2014 y 2020, según los informes del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), de la Corte Suprema de Justicia de la Nación . Los reportes previos que elaboró la ONG La Casa del Encuentro señalan que entre 2008 y 2013 quedaron huérfanos 1296 chicos como consecuencia de los femicidios. Los familiares de las víctimas reclaman una mayor presencia estatal a la hora de resguardar a los chicos.

Cuando Angélica se separó de su marido, aún faltaban dos años para que se promulgara la Ley 23.515 de divorcio vincular de 1987. Con la emergencia del Ni Una Menos el 3 de junio de 2015 y de la ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales de 2017, el concepto de violencia de género tomó mayor presencia en el país, pero cuando Marengo fue detenido la sentencia se dictó como "crimen pasional" y fue preso por 8 años.

"Cuando sos chica, no pensás que pasan estas cosas, menos en aquella época. Las secuelas del trauma son tan grandes que se arrastran por años en los niños. Han pasado 37 años y sigo en terapia y me cuesta establecer vínculos sanos con los hombres", declaró Flavia.

Estas secuelas que ella padeció son comunes en los chicos que afrontan este tipo de situaciones, según explicó la psicóloga clínica Liliana Páez, especialista en niños y adolescentes y en psicodiagnóstico: "Los niños que sufren la pérdida significativa de su madre, víctimas de femicidio, generalmente vivieron contextos violentos de maltrato hacia ella y esto produce daños físicos y emocionales, crea sentimientos de inseguridad, temor e incluso culpa". Y añadió: "Los familiares generalmente tienen la percepción de que los niños no lo entienden y deciden no hablar de esta pérdida para evitarles este dolor, pero esto puede tener consecuencias no deseadas en la tramitación psíquica de esa ausencia. Deben conectarse con el dolor de esa muerte y habilitarles un espacio de expresión de sus emociones".

Además, la experta recomienda que los chicos "vuelvan a su rutina y actividades recreativas lo más pronto posible para que su vida no sufra un cambio rotundo, más...

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