Un paradigma en proceso de cambio

En una maratónica jornada de doce horas se llevó a cabo el VII Congreso Nacional de Gestión Humana de la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (Adrha). Se trataron las cuestiones que preocupan hoy a la hora de la gestión de los recursos humanos, entre ellas, los cambios que se están dando en este momento a través de diversos fallos que consideran sumas no remunerativas como remunerativas."En 2002 o 2003 se empezó a dar una diferencia entre las prestaciones que integran el salario del trabajador y las no remunerativas. Esto se originó a partir del gobierno de Néstor Kirchner, cuando se instalaron aumentos salariales en sumas fijas por decreto a causa de la emergencia económica", explicó el abogado y asesor de empresas Julián de Diego.Estos aumentos, señaló De Diego, no eran remunerativos, es decir, no se calculaban como base salarial, y no generaban aportes ni contribuciones. Por ejemplo, si se daban 100 no remunerativos, el trabajador recibía 100 y la empresa pagaba 100. De otra manera, si se daban 100, el empleado recibía 70 y al empleador le costaba 150.Las prestaciones no remunerativas se basan en la mejora de la calidad de vida del trabajador y de su familia, y son, por ejemplo, ropa de trabajo, viáticos, comedor, medicamento, planes de salud, capacitación, entre otras. Según de Diego, "la diferencia entre una y otra estaba muy claro, pero ahora hay sombras que están aquejando esta claridad a partir de tres fallos, que son Disco, Blockbuster y Polimat, donde se estipularon sumas no remunerativas como parte del salario. Estos fallos se basan en tratados internacionales, que se toman con fuerza de ley como si fueran normas legales aprobadas por el Congreso."A mi entender, los tribunales y la Corte están incurriendo en graves faltas. Por ejemplo, es absurdo pensar que los viáticos forman parte de la remuneración", dice De Diego.El abogado consideró que "la salida de la indigencia y la marginalidad sólo se puede dar generando oportunidades de trabajo. El esfuerzo es crear puentes para que la persona pueda encontrar mecanismos de capacitación, entrenamiento, formación y trabajo. El clientelismo no lleva a la dignidad de la persona. Este golpe mortal a las prestaciones no remunerativas es un error gravísimo. Qué harían, por ejemplo, los trabajadores si no contaran con lo planes médicos suplementarios. Sería muy difícil considerar que es digna la prestación que recibe la persona. Entonces, en lugar de propiciar beneficios a favor de los trabajadores...

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