El Papa pidió al sínodo que escuche la 'angustia de esta época'

ROMA.- Ante 80.000 personas que iluminaban la Plaza San Pedro con velas y antorchas, Francisco llamó ayer a los participantes del sínodo extraordinario sobre los desafíos de la familia, que se inaugura hoy, a escuchar las angustias de esta época."Debemos escuchar los latidos de este tiempo y percibir el «olor» de los hombres de hoy, hasta quedar impregnados de sus alegrías y esperanzas, de sus tristezas y angustias. A ese punto sabremos proponer con credibilidad la buena noticia sobre la familia", dijo el Pontífice, en palabras más que significativas.En una vigilia de oración en vísperas de un evento considerado un "test" para su pontificado, el Papa pidió a los 191 padres sinodales de todos los continentes tres cosas: primero, "el don de la escucha: escucha de Dios, hasta sentir con él, el grito del pueblo; escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama". Segundo, "disponibilidad a un debate sincero, abierto y fraterno, que nos lleve a hacernos cargo con responsabilidad pastoral de los interrogantes que este cambio de época trae consigo". Y tercero, mantener la mirada firme en Jesús: "si asumiremos su modo de pensar, de vivir, de relacionarse, no nos será difícil traducir el trabajo sinodal en indicaciones y caminos pastorales"."Las tres cosas, nuestra escucha y nuestro debate sobre la familia, amada con el rostro de Jesús, serán una ocasión providencial para renovar la Iglesia y la sociedad", aseguró Francisco, que llamó a reencontrar, a través de la alegría del Evangelio, "el paso de una Iglesia reconciliada y misericordiosa, pobre y amiga de los pobres". "¡Que sople el viento de Pentecostés sobre los trabajos sinodales, sobre la Iglesia y sobre la humanidad entera!", auguró Francisco y llamó a que "se desaten los nudos que impiden a las personas encontrarse, que sanen las heridas que sangran y que se reencienda la esperanza".En un sínodo que comienza caldeado por una virtual batalla entre cardenales conservadores, que antes de que comenzara la discusión rechazaron cualquier cambio a la cuestión de los divorciados vueltos a casar (que no pueden comulgar), las palabras del Papa resultaron cruciales. Al pedir un "debate abierto" y reclamar que el sínodo escuche "las angustias de esta época", en efecto, pareció dirigirse a los conservadores que temen aperturas. La cuestión de los divorciados vueltos a casar es sólo uno de los temas que serán debatidos. También se...

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