Palabras para el profesor José Felipe Navia en su despedida como director del Departamento de Derecho Civil de la Universidad Externado de Colombia
Autor | Edgar Cortés |
Cargo | Profesor del Departamento de Derecho Civil de la Universidad Externado de Colombia |
Páginas | 439-441 |
Palabras para el profesor
José Felipe Navia en su despedida
como director del Departamento
de Derecho Civil de la Universidad
Externado de Colombia*
Revista de deRecho PRivado, i ssn: 0123-4366, e-issn: 2346-2442, n.º 43, 2022, 439-441
* En días pasados el profesor Felipe Navia Arroyo dejó la dirección del Departamento de Derecho
Civil luego de veintidós años de trabajo consagrado. A continuación publicamos las palabras que el
profesor Édgar Cortés pronunció en el acto solemne de su despedida.
** Profesor del Departamento de Derecho Civil de la Universidad Externado de Colombia.
doi: https://doi.org/10.18601/01234366.n43.19.
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**
Decía Fernando Hinestrosa que “las personas, igual que las instituciones, tienen his-
toria y [que] unas y otras, además, han de tener memoria”. ¡Así es!, y por eso estamos
aquí, hoy, numerosos y entusiastas, para celebrar una parte de nuestra historia, perso-
nal e institucional, y para hacer un ejercicio de memoria colectiva, de todas aquellas
vivencias diarias que quedan tras veintidós años de trabajo compartido. Reunidos en
torno a la mesa y a unos principios que nos son caros y que piden siempre volverse
lección, hoy reconocemos a uno de entre nosotros por lo que ha hecho por los demás
y por la Universidad, y si bien sabemos que la austeridad es uno de esos principios
cardinales que nos impone la compostura en las formas, también sabemos que la
austeridad se debe romper una vez cada tanto frente al sagrado deber de la gratitud.
Felipe Navia es un producto genuino del Externado: primero, como estudiante
aventajado de pregrado que, con un grupo de compañeros de curso, solía rematar sus
jornadas en casa del Dr. Hinestrosa al calor del café y los cigarrillos, para oír aquello
que el maestro no alcanzaba a decir en clase; luego, como estudiante en París, en
donde abrazó la cultura francesa y en donde se convenció denitivamente de que
la única forma de hacer del estudio una labor, una profesión, era la de dedicarse a
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