El país entregó la energía

La crisis energética argentina es profunda y vino para quedarse. Se incubó en forma larvada durante un tiempo; luego vinieron los síntomas tempranos perceptibles sólo por los expertos y los ligados a la actividad; finalmente, en el presente, se manifiestan los efectos negativos en forma que son percibidos por la población, ya que afectan la calidad de vida de los ciudadanos y el funcionamiento de toda la macroeconomía. La Argentina es un país débil y vulnerable, y esto se acentuará en los próximos años.

Los problemas energéticos son mayúsculos: 1) la Argentina ha perdido la autosuficiencia energética y es un país volcado en forma precipitada y desordenada -o sea no planificada- a la importación de energía. Las compras externas superaron los 9000 millones de dólares en 2011 y crecen con altas tasas; 2) en los años recientes, el país se ha descapitalizado en más de 100.000 millones de dólares consumiendo el stock de reservas comprobadas sin reponerlas; 3) los subsidios energéticos son insostenibles para la hacienda pública; 4) la producción petrolera y gasífera doméstica está en declinación crónica desde hace 14 años en petróleo y desde hace ocho años en gas natural; 5) hay un déficit de inversión en la ampliación de la oferta de energía que no acompaña al crecimiento de la demanda doméstica; 6) existe una situación muy cercana a la cesación de pagos en varios segmentos de la actividad energética.

Si bien estos síntomas ya son admitidos casi en forma unánime desde que el Gobierno, después de ocho años de negarlos, los blanqueó, no existe tal unanimidad respecto a las causas y menos aún a las soluciones que podrían implementarse para resolver esta estratégica cuestión. Es tiempo entonces de focalizarse en las múltiples causas y luego, ponderadas éstas, pasar a la propuesta de soluciones.

El problema energético es un pentaproblema: 1) existe un problema técnico que se expresa en que el sistema no puede abastecer en forma fluida la demanda interna; crece la demanda y disminuye la oferta; 2) existe un conjunto de problemas económicos (las importaciones y los subsidios son insostenibles a largo plazo; las empresas de servicios públicos energéticos se acercan a la cesación de pagos; etc.); 3) existe un problema legal que combina vacíos legales e incumplimiento de contratos y de la legislación vigente; 4) existen problemas institucionales que se manifiestan en una organización sectorial ineficiente para cumplir con los roles indelegables de todo...

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