Padre de la genética moderna, Jerome Lejeune

AutorRosa Martha Abascal

Al que viola las leyes naturales, solamente Dios puede perdonarlo verdaderamente; el hombre perdona a veces; la naturaleza no perdona jamás: ella no es una persona".

Corría el 26 de junio de 1926 en el pueblo Montrouge de Francia, cuando nació Jérôme Jean Louis Marie Lejeune. Es llamado el padre de la genética moderna, por el asombroso descubrimiento que hizo sobre el Síndrome de Down. El había asistido a un congreso científico, donde Albert Levan había expuesto el número de cromosomas que tenía el ser humano. Reflexionando sobre el tema, Lejeune hizo una biopsia a uno de sus pacientes con síndrome de Down usando un equipo prestado y descubrió que en el cromosoma 21 estas personas presentan tres en lugar de dos cromosomas, lo que se llama trisomía. También diagnosticó el primer caso del síndrome Cri du Chat.

En 1962 fue designado como experto en genética humana en la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en 1964 fue nombrado Director del Centro nacional de Investigaciones Científicas de Francia y en el mismo año se crea para él en la Facultad de Medicina de la Sorbona la primera cátedra de Genética fundamental. Se transformó así en candidato número uno al Premio Nobel.

Aunque sus aportaciones como científico fueron enormes, lo que más llama la atención es su calidad como ser humano. Es de todos conocido, que Jerome Lejeune estaba postulado para ser Premio Nobel, pero tenía que abandonar su línea pro vida y anti aborto… Esto significaba que no debía oponerse al proyecto de ley de aborto eugenésico de Francia. A pesar de esto se opuso y fue mas allá pues llevó la causa pro vida a las Naciones Unidas. Se refirió a la Organización Mundial de la Salud diciendo: “he aquí una institución para la salud que se ha transformado en una institución para la muerte”. Esa misma tarde escribe a su mujer y a su hija diciendo: “Hoy me he jugado mi Premio Nobel”. Y así fue, cayó en desgracia ante el mundo y la comunidad científica y el premio no le fue concebido. Fue acusado de querer imponer su fe católica en el ámbito de la ciencia. No faltaron miembros de la Iglesia que lo rechazaran. Le cortaron los fondos para sus investigaciones. De repente se convirtió en un rechazado.

El fundamento de la defensa que dio sobre la vida es que desde la fecundación, con a penas 1.5 mm de tamaño, ya existe un ser humano. “Cada uno de nosotros tiene un momento preciso en que comenzamos. Es el momento en que toda la necesaria y suficiente información genética es recogida...

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