El objetivo es la conquista ideológica

Cristina Kirchner está convencida (también su marido) de que la prensa es un invento desdichado de los enemigos del kirchnerismo. La Presidenta lanzó ayer una frase temeraria (la presunta necesidad de "nacionalizar" la prensa) y, más tarde, anunció un proyecto para regular la producción y distribución de papel para diarios.La novedad es que no hay novedad: se trata de una nueva ofensiva contra Papel Prensa. Antes, en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, el bloque oficialista, con el apoyo inestimable de la centroizquierda, aprobó un proyecto inexplicable para declarar a la producción de papel para diarios de "interés público". El principal insumo que necesitan los diarios para seguir existiendo, el papel, vuelve a ser entonces motivo de la codicia oficial.Cristina Kirchner tiene un viejo pleito con los medios y con los periodistas. Recorta la historia, la deforma muchas veces o toma sólo trozos parciales de ella, para renovar, con peligrosa asiduidad, el combate contra los medios de comunicación independientes. Acuden a su ayuda (¿o a su indefensión?) argumentos pobres y débiles, como sucedió ayer cuando se respaldó en la simple cobertura periodística de los problemas que ocasionó el megaevento moyanista del viernes pasado.La Presidenta ha vuelto a encontrar debajo del mantel una conspiración que no había. Desde que existe el viejo oficio, la prensa ha informado de los problemas que padece la sociedad cuando se altera la normalidad del espacio público. No son casos que necesitan probarse; las principales víctimas han sido muchos argentinos que circularon ese día por las cercanías del estadio de River. Llamó la atención, por el contrario, que ninguna autoridad hubiera dispuesto con antelación un plan alternativo de circulación que evitara el caos que provocaron los camiones y los colectivos con los colores del moyanismo.Debe concluirse, entonces, que se trató sólo de un pretexto tomado al voleo para exponer una idea fundamentalista. En efecto, el problema de fondo no es esa noticia trivial, una más, sobre el desorden público, sino la deducción presidencial sobre la presunta necesidad de "nacionalizar" la prensa argentina. Cristina Kirchner aclaró que no quiere estatizar al periodismo. La inmensa mayoría de los medios de comunicación están en manos de empresas argentinas. Algunos de los pocos medios de comunicación audiovisuales que son propiedad de firmas extranjeras figuran, además, entre los amigos más cercanos al matrimonio presidencial...

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