La noble igualdad

AutorOsvaldo Bayer

En la Argentina, en las últimas semanas, estamos cayendo en la tilinguería. Se trata de lo siguiente: el único tema de la actualidad es hoy quién será el candidato para los próximos comicios y si Fulano o Fulana va primero en la lista, segundo o tercero. Basta, señores. Lo que tiene que interesar es cómo se van a resolver los problemas argentinos. A los señores candidatos los desafiamos a que nos contesten cómo van a resolver en el futuro y en el tiempo menor posible estos tres dramáticos problemas argentinos.

Cómo se va a terminar el hambre de nuestros niños. Lo dicen los números de la Unesco. No interesa ya si el porcentaje de niños muertos por hambre aumentó o disminuyó. Lo único que interesa es cómo y cuándo la Argentina va a poner definitivamente cero a la desnutrición infantil. La segunda pregunta que deben responder los señores candidatos es cuándo se va a comenzar a erradicar las villas miseria. Pero no con desalojos ni palos sino con la construcción de viviendas dignas para todos, empezando con las familias numerosas. Y la tercera respuesta que tienen que dar los candidatos es cuándo la Argentina va a tener ocupación completa, con planes de trabajo serios y constructivos. Tenemos fuerza de trabajo desocupada que podría convertir a estas pampas en un verdadero jardín.

Ha llegado el momento de intentar algo nuevo. Se acerca el Bicentenario y se nos van a aparecer los héroes de Mayo y nos van a preguntar: ¿Y ustedes qué hicieron en doscientos años? ¿Esto? Y nos van a mostrar las calles de Buenos Aires a las siete de la tarde abarrotadas de automóviles en un ambiente enrarecido de gases y nerviosismos histéricos, hora en que empiezan a aparecer esos niños de ojos grandes a revolver la basura de todas las noches.

Y antes de seguir con nuestros lujos y miserias proponemos que en las próximas elecciones se voten programas, y no nombres, para resolver los tres puntos mencionados: cómo eliminar el hambre de nuestros niños, cómo erradicar nuestras argentinas villas miseria, cómo dar ocupación a todos los desocupados. Y después, en las boletas con los distintos programas, poner en letra pequeña no los nombres de los candidatos sino el número de su DNI. Y basta. Y se vota no el mejor candidato sino al más honesto programa.

Y al mismo tiempo promulgar la ley de la creación del Tribunal del Pueblo, ante el cual, al finalizar el mandato del elegido éste tendrá que demostrar o no que ha cumplido con su proyecto prometido. Un tribunal formado por...

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